SECRETS. - SECRETOS.
Abrí mis ojos con un fuerte dolor
de cabeza, la habitación estaba oscura, mis ojos me pesaban, me sentía extraña.
Moví mi cabeza y mi cuello dolía. No me había matado. No lo había hecho. Moví
mis manos y sentí unas pequeñas punzadas en mis muñecas, continuaba atada. Me
di de cuenta que también tenía cinta adhesiva en mi boca. ¿Que estaba
sucediendo? Miré a la pequeña venta donde ya no entraba la luz del día, era
oscuro, muy oscuro. ''Mi mamá'' pensé. ''Debe estar preocupada''
miré a los lados sin oportunidad de ver nada. Tragué grueso. ''Señor ayúdame
a salir de esta'' derramé unas lágrimas.
Cerré mis ojos sin querer pensar
más. Aunque ahora mi mejilla dolía, como un dolor de muela, respiré lentamente
sin querer hiperventilarme otra vez, mi pecho me dolía, al igual que mi cuello
y mi cabeza. Una aclaración de garganta me hizo abrir mis ojos rápidamente.-
Valla, te has despertado.- comentó él. No lo veía. Solo su sombra. Su voz no
era dura como antes, o tal vez si, un poco.
Tomé la pequeña madera en mis
manos. No podía hablar, no podía decir nada. Ahora si estaba completamente
muerta. Tragué grueso.-Deberíamos hablar ___.- dijo. Pero no parecía él. Era
muy frio, ahora era una persona fría.- No quise golpearte.- escuche algo de
madera sonar contra el suelo, frente a mi, vi su sombra posarse encima de
algo... una mesa.- Tu no debiste decir eso...- su sombra no se movía.- Dijiste
que sabías todo.- volvió aclarar su garganta.- No sabes todo sobre mi.- guardo
silencio que para mi era eterno.- Ahora te contaré un par de secretos.- escuche
un suspiró.- No fui yo quien mató a mi madre, pero si mate un par de hombres.-
trague saliva mientras cerraba mis ojos. Me diría sus secretos para luego
matarme.
''... Eran las siete de la noche un
23 de noviembre. Me encontraba en mi habitación, acababa de llegar de jugar
básquet con los chicos, con los que a veces había vandalismo, pero esa noche
solo nos dedicamos a jugar básquet. Mi madre me llamo desde la cocina
diciéndome que ya estaba la cena servida. Luego de ducharme baje hasta la
cocina a comer junto a ella, por supuesto que mi padre nunca se encontraba en
casa por estar en su empresa, esa noche era muy parecida a las otras, estábamos
solo nosotros dos.- Mi pequeño niño ya está creciendo.- dijo ella mientras yo entraba
a la cocina y ella me alborotaba el cabello. Le sonreí. Era cierto estaba
creciendo, tenía quince años.
''... luego de la comida fuimos a
la sala donde estábamos viendo la TV unos golpes fuertes se escucharon en la
puerta. Me fui a levantar pero ella palmeó mi pierna y se puso de pie ella,
aseguré que sería papá. Estaba lloviendo y quizás por eso tenía prisa. Desde la
sala escuche el gritó de mamá. Me puse de pie pero antes de ir corriendo un
hombre me apuntaba con un arma y otro tenía a mamá sujeta a él con un arma en
la cabeza.
Justin guardo silencio. Mantuve mis
ojos cerrados, estaba tratando de imaginarme todo. Me encontraba llorando, no
podía soportar la imagen de ese pequeño chico asustado frente a esos dos
hombres que tenían a su madre. Luego de una larga pausa continuó.
''... Mamá lloraba, yo no sabía qué
hacer. Un hombre se llevo a mamá hacia arriba mientras el otro se quedo allí
frente a mi apuntándome.- Esto será muy fácil chico.- me dijo él hombre.-
Tenemos cuentas que aclarar con tu padre.- inmediatamente le dije que papá no
se encontraba en casa, que estaba en su empresa.- Por eso hemos venido, la
cuenta la pagara tu madre.- fue lo que me respondió. El tan solo imaginarme lo
que ese hombre le haría a mi madre arriba me llenaba de miedo y rabia.- Hagamos
esto más fácil chico.- me dijo con una media sonrisa.- Tú te quedas allí
sentado sin hacer nada, y nadie saldrá herido.- fue lo único que me dijo. Yo
asentí. Él se dio la vuelta y se dirigió a la cocina, le vi tomar unos
panecillos que le guardábamos a mi padre. Vi que dejo su arma sobre la mesa.
Estaba lejos de ella. Así que corrí hacía él y tomé lo más cerca que tenía. Un
cuchillo, y lo clave en su costado, fue tan rápido que no le di oportunidad de
tomar su arma, y lo golpeé hasta dejarlo inconsciente.
''... subí a la habitación de mamá
donde ella lloraba, el hombre se encontraba encima de ella tocándola. Me fui
sobre él y lo golpeé con todas mis fuerza, el alcanzo su arma y me apuntó pero
sin importarme me fui sobre él y forcé con él mientras mantenía el arma en sus
manos. Mi mamá gritaba y lloraba, podía escucharla, gritaba mi nombre y decía
que no hiciera eso, pero no podía soportar que un hombre o quien fuese le
hiciera daño. Unos disparos salieron mientras yo continuaba maniobrando con el
hombre. Quité su arma y le disparé, tres veces exactamente.
Escuche hacer sonido con su nariz
¿Estaba llorando? Quería preguntarle que sucedió luego pero la cinta adhesiva
en mi boca no me lo permitía. Escuche que aclaro su garganta, su voz ya no era
fría, era el mismo chico de antes. Él de los quince años que a pesar de sus
vandalismos era inocente ante todo.
''... Luego de disparar me volteé a
ver a mi madre quien estaba sobre la cama acostada, me acerque a ella, la vi,
estaba herida, un disparo en el estomagó y uno directo en el corazón, ya no
respiraba. La tomé en mis brazos llorando, ella había recibido los disparos que
salieron mientras maniobraba con el hombre. Lloré en su regazo. Sus ojos estaba
abiertos aun la apreté a mi cuerpo no podía creer que mi madre estuviese
muerta.
''... Asustado por haber matado al
hombre baje hasta la cocina, donde ya no estaba el otro hombre. Se había ido.
Salí de la casa. Camine por las calles, toda la noche entera, no sabía a dónde
ir ni que hacer, al día siguiente, al medio día unos policías me detuvieron. Me
llevaron con ellos y dieron al jurado otra historia. Mi padre no llegó nunca,
no me pago abogado ni nada, la historia que los policías decían él la había
creído.
''... Su historia fue esta: Yo
había encontrado a mi madre con un amante, use un arma para dispararle a los
dos sin poder reconocer el error de mi madre. Por supuesto que en la arma
estaban mis huellas, la había tomado para forcejar con el hombre, para ellos
fue distinto, según fue él quien forcejo conmigo. Y entonces todo el mundo
creyó eso. Y me dieron hasta la mayoría de edad en condena. Por mi buen
comportamiento salí un año antes. Cuando tenía 17 años. Al salir de allí los
chicos eran los únicos que me esperaban, ellos me atendieron, me ayudaron,
había organizado una pequeña guarida. Donde me mantuve todo el tiempo, ellos me
llevaban comida y ropa, era el mayor de ellos. Me propuse a investigar por mi
mismo todo lo que había sucedido esa noche.
''... luego de unos meses logre dar
con el segundo hombre, el que había escapado, estaba con una mujer en una casa.
No sé si de él o de ella. Fui y lo asesine. Lo hice, vengue la muerte de mi
madre por completo y pude sentir un descanso en mi pecho. Pero fui más astuto.
No deje huella alguna. Los deje a los dos sobre la cama, ella, fue rápido, pero
de él me encargue de que sufriera tanto como yo había sufrido esa noche.
Abrí mis ojos. Vi su sombra
moverse. Trague saliva. Salió por la puerta de la habitación, no escuche nada
más. No podía ver nada, todo era oscuro. Suspiré tratando de mantenerme en la
calma. Justin... me había dicho la verdad sobre él. Lo escuche regresar por el
pasillo. La poca luz del pasillo me hizo ver que traía algo en su mano. Era mi
fin, era su arma, me mataría ahora que sabía sus secretos. Vi su sombra moverse
por la habitación, una opaca luz se encendió en el techo dejándome ver todo.
Lo primero que mire fue a él, se
encontraba con la misma ropa de antes, su cara un poco pálida, desvanecida, sus
ojos rojizos. Su cuerpo... se veía sin fuerzas, agotado, como si hubiese apenas
salido de una gran lucha. Lo vi girarse a mi baje la mirada. No lo miré no
quería que supiera que lo estaba mirando. Lo vi de reojo dirigirse a mí con
algo en su mano. Cerré mis ojos. Me mataría. Lo haría. Contuve mis lágrimas.
Sentí su presencia estar ya frente a mí. Cerré más fuerte mis ojos.
Algo frió se puso en mi mejilla y
me quité rápidamente abriendo mis ojos. Él me dio una pequeña sonrisa triste.-
Es solo hielo.- me mostró la bolsa. Mis mejillas se habían humedecido. Él
coloco con cuidado la bolsa sobre mi mejilla manteniéndola allí un momento.-
¿Qué piensas ahora?- me miró. Trague saliva y mis lagrimas salieron nuevamente.
Con su mano libre seco mi mejilla, su pulgar se deslizo por mi pómulo derecho y
luego se quedo un momento sobre mi mandíbula.- Perdóname por golpearte...- bajo
su mirada.- Fue un impulso al escucharte decir que había matado a mi madre.-
sus ojos volvieron a los míos.
Su mano fue con cuidado hasta un
lado de la cinta adhesiva y la quito con cuidado. Volvió a poner el hielo en mi
mejilla. Yo respiré profundo, mientras él me miraba fijamente con sus ojos
entristecidos.- Dime algo por favor...- me dijo en una voz muy baja.
-¿Me mataras?- dije después de un
momento, en un hilo de voz.
Él volvió a darme esa sonrisa
triste y negó con su cabeza.- No, no lo haré ___.- suspiró.- Y tu...- me miró.
Guardo silenció un gran momento.- ¿Me dejaras?- Preguntó con su voz al igual
que la mía y su miraba baja.
-No lo sé...- le dije con la voz un
poco ronca. Aclaré mi garganta.- Tengo mucho en que pensar.- él subió su
mirada.- Eres el Jefe de una banda.- dije con la mirada abajo.- ¿qué puedo
esperar?- lo mire.- Estoy muy asustada ahora como para pensar.- le dije y mis
mejillas se humedecieron nuevamente. Él quito el hielo de mi mejilla.
-¿Me temes?- me preguntó en voz
roca.
-Solo cuando te comportas así.- le
dije y baje la mirada.
-Bien...- dijo y dejo la bolsa de
hielo sobre el suelo. Sus manos se posaron sobra mi mano y comenzó a desatar
los nudos, lo mire, me dejaría libre.- Ya ah amanecido.- mencionó.- mire la
ventanilla. La luz comenzaba a salir.- Le eh escrito de tu celular a tu mamá.
Le eh dicho que te has quedado a que una amiga.- termino de desatarme. Junte
mis manos y frote mis muñecas que dolían. Lo mire. Se puso de pie ya que estaba
de cuclillas. Dio unos pasos hacia atrás.- Puedes decidir si irte o quedarte.-
dijo con la mirada baja.- Me eh acostumbrado a que las personas que quiero se
vayan.- abrí mis ojos ¿me quiere?, él se encontraba sentado sobre la mesa. Me
puse de pie y deje de mirarlo. Salí de la habitación rápidamente y baje las
escaleras, escuché que venía tras de mí en silencio, vigilando mis movimientos.
En el mueble estaban mis cosas, mientras lloraba las tome. Comencé a caminar
hasta la puerta delantera con un dolor en el pecho. Él se encontraba al pie de
las escaleras en silencio.
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