10 mar 2015

CAPITULO 23

YOU DO HERE?   -   ¿QUE HACES AQUÍ?






-¿Quién es ese?- me preguntó con su cara seria y haciendo con su rostro una seña detrás de mí hacía mi casa. Inmediatamente me giré a mirar a quien se refería, fruncí mis cejas, no lo conocía ¿o tal vez si?.

-No sé, no tengo idea de quien sea...- dije aun mirando a mi casa donde se encontraba un hombre un poco mayor, quizás más que Justin. Vi mi madre salir y saludarlo respetuosamente mientras sonreía y lo invitaba a pasar.

-¿Estás segura?- me preguntó y volví mi mirada a él.

-Claro.- dije encogiéndome de hombros.

-Bueno...- suspiró aun sin estar conforme- Ve entonces.- asentí. Susurré un adiós suave el cual él respondió con un guiño. Sonreí.

Baje del auto cerrando la puerta detrás de mí, me di la vuelta un poco despidiéndome con un movimiento de mano y luego caminando rápidamente a mi casa para seguidamente escuchar el sonido que producía su auto sobre el asfaltó. De mi bolso saqué mis llaves y abrí la puerta entrando a casa y cerrando la puerta tras de mí para escuchar la risa mi madre. La voz del hombre se me hacía conocida pero no logré saber quién era hasta que llegué a la sala y lo vi.- ¿FRANK?- dije sorprendida.

Él giro rápidamente en mi dirección y se puso de pie.- Hola hija- me saludo con cariño acercándose a mí. Me abrazo y me palmeó la espalda.- Vaya, al parecer has crecido más, te noto diferente.

No podía hablar me mantenía allí, en silenció mirándolo.- Hija...- dijo mi mamá mirándome y abriendo sus ojos luego haciendo una señal con su cabeza hacía Frank.

-ho-hola.- dije y sonreí.

-Pareciera que hubieses visto a un fantasma...- dijo riendo, le sonreí.

-¿Qué haces aquí?- pregunté curiosa sin siquiera querer saber el porqué. Tragué saliva.

Okey, STOP. Les explico.
FRANK: Padre de Zac. Este señor vivía donde nosotros vivíamos antes, y donde aun espero que siga viviendo.
ZAC: Mi antiguo novio. Si. Bueno ahora me encontraba fría de pánico. Mi conciencia me recordaba todo lo demás que había sucedido en ese entonces.



Flash Back.

-___ de verdad siento que te extrañare demasiado.- dijo Zac haciéndome puchero.

-Zac de verdad no quiero irme...- lo miré entristecida, llevaba dos años a su lado, si, estudiábamos juntos y todo lo hacíamos juntos.- Sabes que te extrañare.- acaricié su mejilla.- No quiero irme...- lo miré a los ojos.- Sabes que no es por mi...

-Si no por tu papá.- me interrumpió.- Si lo sé.- dijo moviendo sus brazos a su lado.- Pero tu...- mordió su labio.- No quiero que me olvides ___.

-No lo haré, te lo aseguro.- dije con mi rostro triste, él me llevo a sus brazos hundiéndome en un gran abrazo.

-Yo no te olvidaré.- me dijo depositando un beso en mi frente.- tomo mi rostro entre sus manos.- Te escribiré cada día, hablaremos por vídeo-llamada- asentí.- No dejaré de pensarte y amarte...- baje mi mirada.- sé que no me dirás que me amas, se que piensas que es una palabra muy fuerte, pero yo te amo, y quiero que estés bien...- lo miré con mis ojos cristalizados.- Rezare por ti todos los días porque no te olvides de mi.- mordí mi labio.- Porque estés bien en la nueva universidad, porque siga tu mente y corazón perteneciendo a mi...

-Lo haré.- le dije.- Pensaré y te querré como lo hago ahora.- lo abrace.- te extrañare demasiado Zac.- lo abrace tan fuerte como nunca antes.

-Iré a visitarte en cuanto pueda pequeña.- asentí aun con mi rostro sobre su hombro, era solo un poco más alto que yo, podría decirse que parecíamos del mismo tamaño.- Este año no estudiaré solo trabajare un poco con papá, en mi momento libre iré a visitarte.- levanté mi rostro y lo miré.- No estés triste o no te dejare marchar.- dijo sonriéndome un poco, sonreí sin ánimo, no quería dejarlo, sentía que este chico era lo que en algún momento busque. Tomó mi rostro y me acercó a él hundiéndome en un beso.

-Ya déjame- sonreí y limpie mis labios.- Mis padres pueden llegar y darse de cuenta que no eres solo un amigo.

-Tu mamá seguirá con el trauma de que puedes ser lesbiana.- dijo riendo haciéndome reír con él.

-Deberías...- mordí mi labio.- Algún día.- baje mi mirada.- No se... cuando te decidas estudiar...- suspire.- estudiar en donde estaré yo, podemos darte una habitación en casa si esta es grande... o podremos ayudarte de alguna forma.- me encogí de hombros.- sabes que mis padres que te quieren demasiado.

-Por supuesto que si.- sonrió.- ¿como no estudiar donde estudia mi novia?- sonrió.- Seria como romper la tradición.- reímos.

Pronto se había hecho la hora donde Zac nos estaba ayudando a trasladar las maletas al auto. Sonreí al verle trabajar, y sentí lastima por él por dejarlo solo, al igual que sentí lastima por él cuando supe que su mamá había muerto en un accidente de auto cuando él apenas tenía cinco años.-¡___!- me gritó, miré hacía la puerta.- Trae la próxima caja.- dijo. Sonreí y tomé la caja llevándola a él.

Antes de marchar y mis padres se encontraban adentro con su padre mientras yo estaba afuera con él para despedirme.- No dejaras de ser mi novia ¿cierto?

-No.- dije sonriendo y negando con un movimiento de cabeza.

-Eso espero porque trataré de ir pronto a visitarte.- sonrió.

-Espero vayas, te estaré esperando.- mordí mis labios.

-Te extrañaré pequeña.- dijo acariciando mi mejilla con su dedo pulgar.

-Yo más que tú.- le dije abrazándolo.

-Chicos ya es hora.- escuche decir a mi mamá quien salía por la puerta seguidamente nuestros padres.

Terminé de abrazar a Zac y le sonreí.- Gracias a Dios te bese bastante esta tarde.- sonrió por no poderme dar un beso de despedida a causa de mis padres.- Anda enana, te iré a ver pronto.

-Te estaré esperando.- dije separada de él aun tomada de su mano, él me soltó y guardo sus manos en los bolsillos de su pantalón. Sonreí.- Adiós Frank.- le dije sonriéndole y acercándome a él para abrazarlo. Frank sabía que yo era novia de su hijo.

-Adiós pequeña no nos olvides.- me dijo guiñándome.

-No lo haré.- le sonreí. Terminé de despedirme de ellos dos y fui hasta él auto donde me esperaban mis padres ya adentro. Me despedí con un movimiento de mano. Y abrí la puerta del auto.

-¡___ ESPERA!- me gritó Zac. Me detuve y le vi caminar hacia mí. Caminé hacia él.- Se me olvidaba darte esto.- dijo sonriendo y entregándome un pequeño sobre. Sonreí y lo miré.- Te amo.- me dijo mirándome a los ojos. Baje la mirada.

-Zac sabes que...

-Si lo sé, eso no me impide que yo te lo diga.- me dijo.

-Te quiero.- le dije abrazándolo nuevamente y esta vez soltándolo, corrí al auto con el sobre en la mano y subí en él. Me despedí con un movimiento de mano al igual que mi madre. Mi padre se encargó de conducir.

Fin del Flash Back.




Así que nunca había terminado con él. Parpadeé un par de veces.- ¿___? ¿Estás bien?- los miré a los dos, a Frank y a mi madre.

-Eh, sí, si.- dije y respiré profundo.

-¿Que te ha sucedido?- me pregunto mi madre mientras ella junto a Frank me miraban extrañamente.

-Yo...- respiré profundo nuevamente.- Es solo que...- mi piel estaba fría y no podía articular palabra.- Me ha tomado por sorpresa todo esto.- sonreí.

-Hemos tratado de comunicarnos por mucho tiempo, pero no hemos logrado nada, y solo recordé la dirección que tu padre nos había dicho antes de mudarse.- dijo Frank sonriendo.

Asentí tratando de sonreír.-Bueno... iré a mi habitación.- dije sin querer preguntar por lo que más me aterraba.- Eres bienvenido.- le dije a Frank y salí casi corriendo del lugar hacía mi habitación.




Me encontraba en mi habitación con los nervios de punta, era algo absurdo que estuviera en la ciudad. Tomé mi cabello en un extremo estrés. ¿Qué mierda iba hacer ahora? ¿Qué se suponía que haría? Mis manos estaban frías. Mi celular sonó haciéndome brincar en mi lugar para luego comenzar a buscarlo frenéticamente dentro del bolso.

LLAMADA ENTRANTE DE ACOSADOR. Sonreí por aun no haberle cambiado el nombre.

-Hola...- dije un poco nerviosa y sentándome en la cama.

-¿Todo bien?

-Si todo bien.- respondí inmediatamente.

-¿Sucede algo?

-No, todo está bien.- traté de sonar más convincente.

-¿Segura? Porque puedo ir y averiguarlo por mí mismo.

-Estoy segura.- sonreí.

-Bueno...- suspiró.- ¿Y quién es?

-¿Quien es quien?- pregunté abriendo mis ojos.

-¿Quien estaba en la puerta de tu casa?

-Ah...- suspiré.- Un viejo amigo de la familia.

-¿Viejo amigo?

-Si...- dije sin querer dar explicaciones.

-¿Y todo bien con ese viejo amigo?- me preguntó.

-Sí, lo está, todo bien.- mordí mi labio.

-Te siento extraña...- me dijo.

-Solo me duele la mandíbula...- dije ya que fue lo primero que me paso por la mente aunque de verdad me dolía.

-Tómate algo cariño.- me sonroje al escucharlo.- Y perdóname nuevamente por eso.

-Está bien... que no se repita.- dije mordiendo mi mejilla.

-Nunca se repetirá.- me dijo inmediatamente. Sonreí.

-Trataré de dormir...- le dije.

-Está bien...- suspiró.- te dejo descansar.- pude sentir su mirada clara encima de mí, y recordé el momento luego de mi primera vez en su habitación que había utilizado las mismas palabras cuando me encontraba en su cama.- Estoy cerca por si necesitas cualquier cosa.

-Lo tomaré en cuenta...- dije sonriendo.

-Bueno hasta luego...- dijo.

-Hasta luego...- le dije con mis ojos cerrados. Escuche el tonó del teléfono ya había cortado la llamada.

Me tiré sobre la cama completamente tratando de analizar toda la situación, comenzando con un peso en los ojos por el sueño me quede pensando en lo que pasaría y que haría al respecto de esto, el sueño me gano, claro que no había descansando nada bien la noche anterior atada a una silla, así que me venció el sueño allí.





Me desperté a mitad de tarde eran como las cuatro o algo así parecía. Me levante y fui al baño a ducharme, luego de salir de la ducha donde dure casi una hora me puse una nueva ropa, monos que servían tanto como para salir como para estar en casa y una camiseta arriba del ombligo ya que el mono llegaba exactamente allí, un par de zapatillas y listo. Salí de mi habitación para ir a la cocina en busca de comida ya que se me había pasado el desayuno tanto como el almuerzo.

Al llegar a la cocina escuche en par de voces pero asegure que sería Frank quien aún permanecía en casa. Suspiré sin querer hacerle mente a lo demás. Tomé un vaso de jugo de naranja, mi favorito, luego de revisar y ver que había comida de la que no me gustaba como un pastel de vegetales preferí solo tomar mi jugo.

Cuando me di la vuelta para dirigirme a la sala me sobresalte al ver a alguien detenido detrás de mí, el vaso de vidrio cayó al suelo derramando todo el jugo y haciéndose pedazos. Trate de decir algo pero fue más una búsqueda de aire.

-Hola...- pronunció él sonriéndome. No hable, no podía creer que estuviese allí. Parpadeé un par de veces y trague saliva.- ¿Estás bien?- dijo mirándome de arriba abajo.- Veo que te has sorprendido en verme.- sonrió.

-Ho-hola.- dije aun esforzándome por no desmayarme.

¿Cómo no desmayarme? Él chico que había dejado en aquella ciudad se encontraba frente a mí, aun éramos novios, no habíamos terminado nada, y para mi mala suerte se había convertido en un total hombre, músculos, voz gruesa, alto, buen estilo de vestir entre otras cosas. Sus ojos azules se posaron sobre los míos.

-¿Sorprendida?- me preguntó, solo asentí.- Ya veo, te has quedado sin habla.- me sonrió haciéndome sonreír.

-¿Qué haces aquí?- pregunté mirándolo inquieta aun en mi lugar.

-¿Esa es la pregunta?- sonrió.- Creo que sabes muy bien eso.- dio unos pasos hacia adelante donde hizo que yo diera unos pasos hacia atrás pero quede atrapada entre él y el mesón de la cocina. Mi respiración comenzaba a fallar.- Y sí que lo sabes pequeña.- dijo acariciando con su mano derecha mi mejilla. Tragué saliva, estaba más que nerviosa.- si que has cambiado.- me sonrió.- Una mujer en el total de la palabra.- baje mi mirada apenada.- Y aun no dejas de apenarte.- rió.

Convertí mis manos en unos puños, ¿que debía hacer ahora? Estaba atrapada.- ¿Donde te estás quedando?- dije. Y fui una estúpida, por supuesto que no me interesaba en donde se quedaran, aunque él estuviera desgraciadamente bueno no podía. Me moví de su atrape y camine alrededor del comedor de la cocina. Él sonrió sensualmente y paso su mano por su cabello, deje de mirarlo antes de pensar en otra cosa con él.

-Bueno... es algo difícil de explicar...- sonrió encogiéndose de hombros.

-¿Que tanto?

-¡___ ya has visto a tu amigo!- dijo mi madre tras de mi emocionada.- Se quedaran aquí durante el tiempo que estarán en la ciudad.- y aquí fue donde caí en coma.

-¡¿QUE?!- grité. Claro que no fue mi intensión sonar tan obvia. La miré sin entender, Zac me sonreía.- Pe-pero...

-Es solo el tiempo que estarán en este lugar, tu amigo dormirá en la habitación de tu hermano y Frank en la otra habitación.- la mire sin entender.- Deberías salir y mostrarle lo que conoces de la ciudad.- me dijo mi madre sonriéndome y saliendo de la cocina.

Me quede paralizada mirando el suelo.- Vaya que te has alegrado pequeña.- dijo Zac tomándome por sorpresa y abrazándome pegando mi espalda en su pecho.

-Zac...- dije separándome de él y mirándolo a la cara.- No es lo que crees...- lo miré. Él me miro sin entender.- Las cosas han cambiado...- mordí mi labio.

-Lo sé.- dijo aun sonriendo.- Se perfectamente que hemos cambiado, pero seguimos siendo los mismo, aunque estas más bella que antes, me alegra mucho que aun seas mi novia.

-¡No Zac!- dije estresada. Él abrió sus ojos mostrándose en ellos una opaca mirada azulada.- ¡mierda!- susurré.

-¿No eres mi novia?- me miró, no sonreía, su rostro se había vuelto algo pálido y entristecido.

Mordí mi labio tomándome el cabello.- si.- dije sin saber porque mierda decía eso, sentía lástima por él, pero no podía llegar a ese extremo.

-¿Si eres mi novia?- me dijo con luz de esperanza en sus ojos.

-Eso creo.- dije encogiéndome de hombros sin saber que me ocurría, ahora me sentía peor que antes.

-Pequeña...- dijo y se acercó a mi.- Se que es fuerte pero aquí estoy como lo prometí, aun continuó amándote...

-Zac...

-Lo sé, lo sé.- dijo tomando mi mejilla.- Se lo que piensas sobre eso, se que aun me quieres, lo haces como antes...- sonrió.- Puedo ver esa luz de enamorada en tus ojos.

¡LUZ QUE NO TE PERTENECE A TI ZAC! Le gritó mi conciencia. Mordí mi labio nuevamente.

Se inclinó poco a poco con intención de besarme cerré mis ojos un momento.- ¡Zac no!- dije haciéndolo hacía atrás con mis brazos.- No puedes.- él frunció sus cejas.- Debemos hablar.- lo miré.- Debemos hablar de nosotros, de lo que tenemos... pero no aquí.- dije mirando mi alrededor.

-¿Entonces donde?

-Iré a mi habitación por mi celular espérame en la sala.- y sin dejarlo decir alguna palabra salí corriendo. Llegué a la habitación más que con la boca seca, estaba nerviosa, por Dios, ¿quién era ese hombre lindo que se encontraba en la cocina? Cerré mis ojos y me apresure a buscar mi celular.

Antes de salir de la habitación fui al baño por busca de un poco de maquillaje para ocultar el morado de mi mejilla que mi madre aun no lograba notar, ni ella ni nadie.

-¿A dónde iremos?- escuché la voz gruesa y masculina, voz que había escuchado antes. El estuche de pinturas cayó al suelo mientras mi respiración se despedía de mí lentamente y sentía mis piernas flaquear. Me di la vuelta para encontrarme con...

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