1 mar 2015

CAPITULO 22

ARE MINE AND NO ONE ELSE. - ERES MÍA Y DE NADIE MÁS.





Quería pero no quería, voltearme y mirarle por una última vez, no sabía qué hacer estaba ahora más confundida que antes, mis mejillas se humedecieron recordando y sintiendo su golpe. Fruncí mis cejas con los ojos cerrados intentado sacar ese recuerdo de mi mente. Trague saliva y continué hacía adelante donde tomé el pomo de la puerta para girarlo y salir de allí de una buena vez.

Antes de girarlo cerré mis ojos, sentía algo por este chico que no sabía que era, apreté mis labios para girarme un poco y verle por última vez. Mordí mis labios intentando oprimir mis lágrimas me gire y lo vi, allí, con sus mejillas húmedas y sentado en uno de los escalones de la escalera. Mis labios inmediatamente se abrieron en sorpresa, estaba viendo al monstruo derrumbado. No parpadeé sin embargo la fina línea de lágrimas continuaba formándose.

Verlo así fue inmediatamente como ver al joven de quince años llorar frente a los secuestradores de su madre, el mismo que lloro frente al cadáver de su madre, el mismo que lloro tantas noches en prisión solo porque nadie le creía. Deje salir mi respiración detenida.

Mi corazón latía de forma muy rápida, sentía que debía abrazarlo, pero también sentía que debía irme, por un tiempo, quizás por siempre, debía pensar las cosas muy bien. Cada paso, cada respiro. Me di la vuelta hacía la puerta y cerré mis ojos con el pomo en mi mano, mordí mis labios, la abrí, el aire me faltaba, cerré la puerta dándome la vuelta inmediatamente y viendo su rostro en dirección a mí, lleno de tristeza, lleno de dolor, sus mejillas humedecidas.- También te quiero.- dije y corrí hacía él llorando.

Llegué y me lancé en sus brazos, los cuales me recibieron y me sostuvieron fuertemente a su lado. Lloré.- Perdóname nena.- me dijo besando mi cabello. No le respondí, con este paso que ahora había dado... daba todo por perdonado. Lo quería, y no quería perderlo.

Levanté la mirada, me encontraba un escalón debajo de él, su rostro aun permanecía triste. Sequé sus lágrimas, sintiendo la piel de su rostro tan suave como un bebe. Tragué saliva. Él se dedico cerrar sus ojos, mientras su respiración era lenta y profunda, le dolía, le dolía en el alma como me dolía a mi todo eso.- ¿Por qué?- susurró.

-¿Por qué, qué?

-¿Por qué regresaste?

-Dijiste que me querías...- comenté.

Él abrió sus ojos. Frunció sus cejas un poco.- No dije eso...- me dijo mirándome.

-Dijiste que me fuera, que estabas acostumbrado a que las personas que querías se fueran.- lo miré, él sonrió un poco de medio lado.

-Captas muy bien las cosas.- dijo y pasó su dedo pulgar por mi mejillas, cerré mis ojos, su caricia era lo más cercano al cielo que podía llegar. Sentí su respiración cerca de mí. Mi corazón comenzó a latir más rápido.- ¿Estas asustada?- me preguntó. Negué con un movimiento de cabeza aun con los ojos cerrados.- Pues tu corazón se escucha como si lo estuvieses.- abrí mis ojos, él sonreía un poco.- ¿O es porque estoy cerca?- sonrió más.- Creo que tus mejillas me lo dicen.- dijo riendo. Me encontraba sonrojada.

Me fui a poner de pie pero él me sostuvo un momento con él.- Aun tenemos cosas que hablar...- me dijo mirándome, ya no sonreía, estaba sereno, ni triste, ni enojado, ni nada. Asentí con la mirada baja.- Pero antes de eso...- lo miré.- esto.- me dijo. Y cerró sus ojos lentamente mientras se acercaba a mí. Cerré mis ojos también para lograr sentir la suave piel de sus labios sobre los míos. Solo se pegaron, luego comenzaron a moverse sobre los míos y así se fue formando un gran beso. Un beso que dijo muchas cosas que no podíamos expresar con palabras, si sus caricias eran lo más cercano al cielo, esto era estar en el cielo.

Luego de un momento me separe de él, lo mire a los ojos, él sonrió a medias.- ¿Qué querías hablar?- le pregunté y me puse de pie. Él hizo lo mismo.- dime.- dije mirándolo y metiendo mis manos en los bolsillos de mi pantalón.

-¿Que hacías con ese chico?- me preguntó serio. Y el giro tan intenso de esto me había dejado en shock.- Te eh preguntado...- me miro con su mandíbula un poco tensa.

-Es mi amigo...- dije y baje la mirada.

-¿Tu amigo?- dijo inclinando un poco su rostro hacia adelante.

-Si.- respondí en voz baja.

-¿Que te dije yo de ese chico?- trague saliva. Estaba más nerviosa, sentía como si hablara con mi padre o alguien así.- ___ ¿qué te dije yo? Responde.- me presionó. Mordí mi labio sin mirarlo.- ¡QUE TE ALEJARAS DE ÉL!- me gritó y brinque en mi lugar. Lo miré sin entender porque su cambio de humor tan rápido. Tome la tira de mi bolso aferrándome a ella como si fuera mi misma vida.- TE DIJE QUE TE ALEJARAS DE ESE DESGRACIADO.- me dijo en voz muy alta casi grito. Baje más la mirada.

-Es solo un amigo Justin... además...- lo miré.- No se...

-¿QUE NO SABES?- me pregunto furioso.

-¡NO SE QUE SOMOS NOSOTROS!- le grite y baje rostro inmediatamente.

-SOMOS LO QUE SEA PERO TU ERES MÍA.- me dijo. Aun continuaba asustada con la miraba baja.-  ¡ERES MÍA!- me gritó y me tomó por los brazos pegándome contra la pared.- ¡TU ERES MÍA!- deje salir mi respiración junto a unas lágrimas.

-Déjame...- dije en un susurró llorando aun sin mirarle. Ahora era un monstruo. El mismo que siempre ah sido y en momentos se esconde.

-¡NO TE QUIERO VER CON ÉL!- me gritó.- ¡TU ERES MÍA!- volvió a gritarme y me pegó nuevamente contra la pared.- sus puños se mantenían fuertes en mis brazos.

Jadeé, sentía dolor y miedo.- suéltame.- le dije llorando. Sus ojos oscuros estaban sobre mi.- me lástimas.- dije mirándolo.

Me soltó y caí al suelo, jadeé y toqué mis brazos llorando. Lo vi moverse a un lado y tomar una lámpara de la mesa de la sala para luego estrellarla contra la pared. Brinque en mi sitió. Estaba asustada. Era un verdadero monstruo. Tomo la pequeña mesa de vidrio y la tiro a la misma dirección donde había estrellado la lámpara. Tapé mis oídos y me coloqué de pie.

-Justin...- le susurré y traté de acercarme a él.

-ERES MÍA Y DE NADIE MÁS.- dijo dándose la vuelta y tomándome nuevamente. Esta vez para comenzar a besarme furiosamente por el cuello.

-Déjame.- lloré y trate de separarme de él.

-¡ERES MÍA!- gruño. Lloré. Con mis brazos trataba de separarme de él, mientras él iba metiendo sus manos debajo de mi ropa.

-¡DÉJAME!- le grite llorando. Él me tiró al sofá. Cayendo aturdida para luego verle encima de mí. Lloré más.- ¡DÉJAME! ¡DÉJAME!- grité y pataleé. Le hale el cabello él gruño, estaba buscando la manera de quitármelo de encima.

En una oportunidad levanto su rostro y le di una bofetada con todas mis fuerzas. Él se quedó quieto, con sus ojos cerrados. Y yo llorando debajo de él con las manos en mi boca. Él abrió sus ojos y me miró, abrió más sus ojos y se hizo atrás. Me acomodé llorando.- ___...- susurró él.

-¡DÉJAME!- le grité. Y me levante y corrí hasta la puerta abriéndola y saliendo de la casa sin importarme cerrarla. Corrí llorando. Sentía mis piernas no dar más pero aun así continué.

Luego de encontrarme ya lejos me fije que él sol apenas estaba naciendo. Se veía tan bella la puesta del sol, pero no tenía ánimos de verla, continué caminando por el camino rodeado de arbustos. Secaba mis mejillas para que se aproximara otra rápidamente y las humedeciera.

Luego de una hora o más, me dolían mis piernas, al igual que mi estómago por el hambre que ahora tenía. Supuse que apenas ayer lo vi en la puerta me desmaye, para luego despertarme esta madrugada... y que sucediera todo. ¿Por qué su cambió de humor? Fruncí mis cejas. Escuche un sonido extraño detrás de mí para darme la vuelta rápidamente y ver el deportivo negro de Justin que venía a toda velocidad. Abrí mis ojos y me hice a un lado. Las llantas levantaron polvo cuando se detuvieron frente a mí. Abrí mis ojos. Ahora si estaba asustada nuevamente. El vidrio de la ventana se abrió para revelar a Justin en su asiento con una mano en el volante y otra en el asiento.- Supuse que no irías tan lejos pero sí que has caminado.- dijo él un poco inclinando para que yo le pudiera ver.

-Si.- dije y continué caminando.

-Anda sube no caminaras todo esto ¿o sí?

-Por supuesto que si.- respondí enojada y sin mirarlo.

-¡___ vamos! Ni tú te lo crees estamos en la nada.- dijo con su auto rodando a mi lado.

-Me interesa un pepino.- continué caminando.- Tengo hasta la noche para llegar a casa.

-___ sube al auto.- me ordeno.

-No subiré al auto.- dije mientras continuaba caminando.

-¡___ vamos! Si quieres te doy mi auto, pero no te vayas caminando.- dijo.

-Bájate entonces.- dije deteniéndome inmediatamente y él hizo lo mismo con su auto.

-Estaba bromeando.- dijo con sus cejas fruncidas.- Ni loco te doy mi auto. Sube.

-Ni loca subo a tu auto.- dije y continué caminando. El auto se mantuvo quieto. Me comían las ganas por voltear y mirar pero no lo hice.

Caminé y caminé. De un momento a otro deje de caminar y di un grito. Justin me tomó con sus brazos y me llevo pegada a su costado.-¡SUÉLTAME!- grité y pataleé.-¡SUÉLTAME!- le ordene, pero el continuó caminando en dirección al auto con pasos grandes. Gruñí y pase mis uñas por sus brazos pero no le hacía nada.

Llegamos a su auto abrió la puerta del copiloto y me metió dentro. Tomó el cinturón de seguridad y lo puso sobre mí, con rudeza, pero dulce. Su mandíbula continuaba tensa. Cerró la puerta y paso por al frente del auto para llegar a su lugar. Subió al auto y cerró la puerta y seguidamente aceleró el auto y lo puso en marcha.

-¿No dirás nada?

-Ibas abusar de mi ¿que se supone que tenga que decir?- le dije en tonó de sarcasmo.

-Discúlpame ___.- suspiró.- Pero no soporto la idea de verte en brazos de otro tipo, y menos de ese.- dijo tensando más su mandíbula.

-Te dije que solo es un amigo.- le repetí.

-Pero de igual manera no te quiero cerca de él.- golpeó un poco el volante.- Y si te preguntas que somos- me miró y luego miro hacia adelante.- ¡Somos lo que tú quieras que seamos! ¡Pero lo somos! ¿Okey?- me miró. Asentí.

Guardé silenció un momento, apreté mis labios preparándome para preguntar.- ¿Estamos saliendo?- le pregunté sin mirarle. Fije mi mirada en mis rodillas donde tenía mis manos puestas. El auto se detuvo de inmediato.

-¿Que si estamos saliendo?- me miró. Abrí mis ojos aun en dirección a mis rodillas.- ¡Por supuesto que sí!- me dijo. Se inclinó un poco para luego tomar mi mejilla y obligarme a mirarle.- ¿Acaso no escuchaste lo que te dije en casa?- lo miré sin saber que responder.- Eres mía- me susurró cerca de mis labios. Su aliento fresco pegaba en mi rostro.- Eres todo lo que quieres ser.- sus ojos claros recorrieron mi rostro.- La que sale conmigo, mi chica, mi nena, mi novia.- y eso basto para ablandar mi corazón de nuevo y hacerlo latir más rápido de lo normal.- ¿Esta claro?- Asentí. Él sonrió.- Perdóname de verdad.- me dijo, lo miré a los ojos.- Pero de verdad no puedo soportar verte con otro tipo, no puedo imaginarme que otro hombre te tenga, otro que no sea yo.- me miró.

-Nadie me tendrá solo tú.- dije embobada mirando sus ojos.

-Así será nena.- dijo sonriéndome, espere su suave beso pero en vez de eso se hizo atrás acomodándose en su lugar y colocó en marcha el auto nuevamente.

Mordí mi labio, quería gritar, estaba ahora mas emocionada que nunca. Apreté mis manos disimuladamente al igual que mi mandíbula para así oprimir un grito de alegría. Claro que mi conciencia estaba insultándome por ser tan estúpida y seguir con él luego de todo, pero había algo en él que me mantenía con él, y lo quería.

Todo el camino me contuve en silencio y sonrojada bajo unas lindas miradas de él, pero aun así sentía un pequeño dolor en mi mandíbula, claro un golpe no era nada fácil de soportar, menos de un hombre, sonreí para mí misma, aunque era una total inútil por aceptar que me hubiese pegado estaba segura que no volvería a suceder, y si sucedía yo misma lo metía en su tumba.


Al llegar a casa se detuvo, suspiró le sonreí.- Gracias...- le dije. Él asintió. Fui a tomar la manilla de la puerta pero el tomo mi brazo.

-Espera...- me dijo. Me volteé inmediatamente y le mire.

-¿Que sucede?

-Eres mi chica.- sonrió.- ¿y mi beso de despedida?

Sonreí mordiendo mi labio tímidamente y me incline un poco para darle un beso. Él acarició un poco mi cabello y me sonrió, se veía tan hermoso. Me encogí de hombros bajo su mirada, sonrió mas esta vez mostrando su dentadura, le sonreí y abrí la puerta.- Hasta luego.- le dije sin aun haber bajado del auto.

-Hasta ahora...- sonrió, abrí mis ojos.- o hasta mañana.- se encogió de hombros.- no se.- sonreí. Abrí la puerta.- ESPERA.- me dijo en voz fuerte y alarmante. Me asuste inmediatamente y me metí mis piernas dentro del auto nuevamente. Lo miré.

-¿Que sucede ahora?


-¿Quién es ese?- me preguntó con su cara seria y haciendo con su rostro una seña detrás de mí hacía mi casa.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Hola chica, ¿qué tal? Deja tu comentario acá que me servirá de mucho. Gracias por leela.♥ → Deja tu comentario con lo que sea :3 ♥ I SEE YOU :*