31 mar 2015

CAPITULO 28

THE PRESENTATION   - LA PRESENTACIÓN





-¿Recuerdas este lugar?- me preguntó aun en el auto mientras lo tenía en el aparcamiento.

-Supongo que sí…- dude un momento mientras pensaba, pero no logre recordar completamente.

-Fue donde te traje la primera vez.- me miro sonriendo, me sonroje.- Estabas drogada…- rodo los ojos y salió del auto. Yo hice lo mismo que él, salí del auto y me encontré nuevamente con él.

-¿Y qué hacemos acá?

-Bueno…- respiro.- No sé si recuerdas pero te dije una vez que esta es la casa de chicos.- me miro.- de todo nosotros.- aclaro su garganta.- mis chicos, mi banda.
Respire un poco, me había traído a la casa de los chicos nuevamente ¿a qué se debía esto? Mordí mi labio dudosa de dar el siguiente paso a seguirlo. Lo mire un par de veces ¿Debía entrar en la boca del lobo?

‘‘Bueno desde hace mucho has estado dentro’’ comentó mi subconsciente. Maldije para mí misma.

-¿Qué sucede?- me preguntó.

-Yo…- respiré.- ¿Qué hacemos aquí?

-Bueno hay unas personas que quieren saber quien me trae de cabeza.- dijo encogiéndose de hombros. Me sonroje mientras él tomaba mi mano y me hacia caminar a su lado. No lo podía creer. ¿Quién me estará esperando allí dentro? Me pregunte. Y aunque era algo absurdo, si, estaba nerviosa.

Camine a su lado sin separarme ni un momento de él. Si que recordaba la casa, mire a mi alrededor, a lo lejos, en la sala, vi a unos chicos, Justin apretaba mi mano mientras yo los miraba tímidamente. Aunque sus rostros se me hacían conocidos también podía decir que tal vez, tal vez, sabría sus nombres también. Sí, bueno… en mis días de reposo no hice mas nada que leer el libro que Fabi me había pasado, si, ese donde estaban todas las bandas y sus integrantes.
Entre mis nervios y mis miradas rápidas hacia ellos pude notar al hombre mayor de lentes y a los dos más jóvenes.- ¿Nena?- me llamó a tierra. Parpadeé un par de veces y le mire.- Esta es mi sorpresa.- me dijo sonriendo.- La mayoría de los chicos te querían conocer.- asentí con mi cuerpo frió, aquí vamos.

Es como cuando te toca presentarte frente a los padre y familiares de tu novio para que te acepten y conozcan, y si no les agradadas deben dar la relación por terminada. Bueno me sentía así. Estos chico eran como la familia de Justin, según lo que él me contó… ellos siempre han estado allí con él. Desde que estaba joven, cuando entro a la cárcel y ellos fueron los únicos que lo ayudaron cuando salió en libertad. Así que allí me encontraba yo, frente a unas personas que habían formado parte de su vida y que aun formaban parte de su vida. Camine más despacio hacía ellos, Justin me llevaba arrastras.
-Chicos.- habló Justin para que todos se dieran la vuelta y nos miraran. Mi respiración se trancó un momento ¿Ahora que debía hacer? ¿Sonreír? ¿Parecer amable? ¿Qué debía hacer?- ella es…

-¡___!- dijo uno de los más jóvenes.- La famosa ___.- comentó con una gran sonrisa en sus labios mientras caminaba hacia nosotros.- Mucho gusto Señorita.- dijo inclinándose como un personaje antiguo, yo sonreí y le di mi mano, él le dio un beso, sonreí mientras me sonrojaba. Justin lo apartó, él solo rió y se fue a sentar en donde estaba antes, en el mueble, al lado del otro chico joven.

-Bueno…- pronunció Justin en un suspiro. Yo me sentía más aliviada, nada era como lo pensaba. Pensaba que como eran de una banda serían serios, no me saludarían, no serian amables o educados. Pero no, en realidad eran todo lo contrario, bueno este chico me demostró lo contrario a eso.
Justin suspiro nuevamente se encontraba callado, quizás se estaba nervioso al igual que yo.

Caminamos mas a la sala quedándonos de pie frente a los muebles donde ellos se encontraban.- Bueno.- repitió Justin, lo miré mientras él me reglaba una cálida mirada de ‘‘todo está bien’’.- Ese idiota que te acaba de saludar.- lo miró sonriendo y el chico movió su mano en forma chistosa, como si hiciera un saludo de chica popular.- Él se llama Christian.- yo asentí.- Él.- señalo al chico de al lado.- Es Chaz.

El chico se puso de pie y extendió su mano hacia mi sonriendo- Muy bella usted Señorita.- me dijo, reí.

-Chaz.- comentó Justin.

-Solo se lo digo por si tu no se lo dices.- dijo sonriendo, reí. Justin lo empujo un poco con su mano libre, él continuaba sin soltarme la mano.

-Y…- miró al último que se encontraba en la sala.- Él es John.- dijo, él era el mayor. Sonreí. Le extendí mi mano y él la estrecho con delicadeza.- Bueno chicos ella es ___.- dijo y le di una pequeña sonrisa a ellos tres.

-Y donde está el imbécil de

-¡OH POR DIOS!- escuche la voz de un hombre, fue casi un grito. Abrí mis ojos y dirigí mi mirada a donde provenía la voz. Las escaleras.- ¡AL FIN TE CONOZCO!- volvió a decir en voz alta, lo mire sorprendida, tragué saliva, él se dirigía a nosotros con rapidez.- ¿___?- dijo mirándome. Asentí como idiota.-¡BIENVENIDA!- volvió a gritar como si estuviese aun en las escaleras, pero estaba frente a nosotros. Alzó sus brazos y me envolvió en ellos, quedé paralizada mientras recibía su abrazo.

-Ey la asfixiaras.- dijo Justin separándole de mi.

-Si no lo has hecho tú, menos yo.- le dijo él y me miro detenidamente. Me tomó de la mano y me hizo dar una vuelta, los otros chicos silbaron. Me sonroje y Justin me tomó por la cintura.- Chica, cumples nuestros requisitos.- dijo sonriendo, lo mire sin entender.- Eres parte de nuestro TEAM.- me dijo y quito a Justin de mi lado y me volvió abrazar.- Chicos deberían abrazarla.- recomendó, abrí mis ojos y sentí mis mejillas arder. Christian se puso de pie y vino hacia mí rápidamente y me abrazo, yo estaba paralizada.

-¡Hey, basta!- dijo Justin tomándome nuevamente esta vez si me tomó mejor. Ellos rieron.- ___ este idiota es

-RYAN.- dijo en voz muy alta y sonriendo, sonreí y asentí.- Es abrazable así que puede entrar al TEAM.- dije Christian mientras volvía a su asiento y reía.

-¡Por supuesto que está dentro! No se ha quejado por lo loco que nos hemos comportado.

-Me gradan.- susurré alzando mis hombros.

-Luego te arrepentirás de haber dicho eso.- me dijo Justin y luego me sonrió.
-No somos tan rudos tampoco, Justin.- dijo Chaz.- No des una mala imagen de nosotros.- rió.
Sonreí. Eran los mejores chicos que había conocido.

-¿Dónde están los otros dos?- preguntó Justin.

-Khalil anda buscando al idiota ese…- comentó John. Mire a Justin.

-Uno de los chicos dice que esto es una banda y no es para tener chicas, que eso nos saca del juego.- dijo sonriendo.

-¿Y eso es cierto?

-Completamente falso, nena.- dijo sonriendo y dándome un beso en el cabello.
Justin me llevo a su lado para que me sentara junto a él, frente a los chicos que se encontraban, una puerta se escucho crujir, todos miramos a la dirección proveniente del sonido. A nuestra vista se mostró el chico moreno, lo mire de arriba abajo, alto como Justin.- Hola.- dijo sonriéndome, le sonreí.

-Hola…- le respondí.

-Mucho gusto.- dijo acercándose a mí mientras estrechábamos nuestras manos.- Khalil.- dijo sonriendo.

-___.- le respondí, él asintió, por supuesto, ya él sabía mi nombre.

-¿Qué sucedió con el idiota ese?

-Dijo que venía en un momento.- respondió el sonriendo mientras se sentaba en uno de los muebles.

-¿Cómo has hecho para convencerle?- preguntó John.

-Fácil.- encogió sus hombros.- le eh dicho que Justin no traería a la chica de las que no ha estado hablando.- sonrió.- Le dije que traería a otra que recién conoció.- rió.
Justin sonrió negando con su cabeza. Lo mire normalmente para que él luego pasara su brazo por encima de mis hombros y me llevara hacia él metiendo mi rostro en su pecho.

-Aquí estoy.- escuche la voz del hombre detrás de nosotros. Fruncí mi ceño, por alguna razón se me hacía conocido, pero era imposible. A demás  no sabía de un séptimo hombre en la banda.
Justin se coloco de pie y sonriendo se dio la vuelta, y yo hice lo mismo.
El hombre empalideció al igual que yo, tragué saliva y di unos pasos hacia atrás, chocando con la baja mesa de cristal que se encontraba allí. Khalil se acomodo sonriente al lado del hombre para quizás decirle que le había jugado una broma respecto a mí. Todos nos miraron, sin exceptuar a Justin quien noto todo al instante.- ¿Qué pasa?- me preguntó y me tomó de la mano mientras yo me daba la vuelta para no ver al hombre o mejor dicho para que él no me viera a mí, más.

Tragué saliva y cerré mis ojos. Esto no podía estar sucediendo.-___ ¿Qué sucede?- me volvió a preguntar Justin mientras una de sus manos me sujetaba el brazo.

-Me tengo que ir.- escuche que el hombre dijo.

-¡TU TE QUEDAS ALLI!- le grito Justin haciéndome a mi brincar en mi lugar.- Te eh preguntado algo ___.- volvió a mí en voz baja pero fría- ¿Qué demonios está sucediendo?

-Es el hombre de la banda.- baje mi cabeza y cerré mis ojos mientras recordaba las páginas del libro.

-¿Qué dices?

-Justin, él pertenece a otra banda.- lo miré.- Además es el mismo que me amenazo la vez pasada.

-¡¿QUÉ?!- dijo *MIERDA* lo había dicho sin querer.- ¿QUÉ ÉL TE AMENAZO?- dijo casi que en un grito. Los chicos me miraron y tras de mi escuche forcejar a los hombres.

-Él…- trate de hablar.

-Cuéntame todo ___.- me exigió en voz baja.

-Él fue la otra vez a la universidad…- miré a Justin asustada, su mirada se suavizo.- Me dijo que me alejara de ti. Que era lo mejor para mí.

-¡POR ESO NO QUERÍAS QUE LA TRAJERA!- dijo Justin en voz alta, furioso, mientras caminaba hacia el hombre con grandes pasos.

Me volteé a mirarlos, Ryan se puso delante de mi- Vayamos a la cocina.- me dijo mientras me llevaba arrastras con él.

-¡ERES UN MALDITO DESGRACIADO!- escuché la voz de Justin que en su gritó recorría toda la casa. Escuche un golpe seco y una queja. Trate de mirar pero Ryan no me lo permitió.

-Él estará bien tranquila.- me dijo sonriéndome y con una paz gobernando su cuerpo.

-Justin…- trate de decir.

-Él estará bien.- repitió.- Mejor cuéntame algo.- lo miré.- ¿A qué banda pertenece él?

-A la de Laureen.- respondí inmediatamente, y me volví a insultar por ser tan bocota.

Ryan se le quito la serenidad y su espalda se enderezo.- ¡JUSTIN!- Dijo saliendo de la cocina.-¡Justin ella dice que le pertenece a Laureen!- le escuche decir.

Los golpes se dejaron de escuchar, me detuve bajo el umbral de la cocina y mire todo en la sala, Khalil mantenía al hombre en el suelo y Justin estaba encolorecido y con sus puños cerrados. Todo se detuvo un momento, este era el Justin de la otra vez, el monstruo con quien me había topado. Todos dirigieron su mirada a mí. Justin me miro serio.- ¿Por qué dices eso?- me preguntó con voz firme y fría.

-Está en el registro.- dije asustada, aunque yo debía decir eso.

-¿Qué registro hablas?- sentí la mirada del hombre clavada en mi. Así que me sentía con más miedo que antes. Me devolví a la cocina rápidamente mientras mis lágrimas comenzaban a humedecerse y yo caminaba de un lado a otro. ‘‘Me matarán, a mí y a Fabi, y todo por mi gran bocota’’. Comencé a temblar, yo me encontraba más que asustada.

-___.- dijo Justin. Me detuve, él me miro un poco sorprendido.- Ey nena.- dijo con voz suave, lloré mas.- Ey, ey.- me abrazo.- Está todo bien.

-Nos matarán Justin.- lloré.

-Nadie nos va a matar.- me respondió en tonó tranquilo y con una sonrisa en sus labios.

-No.- lo miré.- A ti no.- baje la mirada.- A mí y a… mi amiga.- chillé y volví a meter mi cara en su pecho.

-¿Ey?- tomó mi rostro en sus manos.- Prometo que no les pasara nada. A ninguna de las dos.- me miro con ternura a los ojos.- Puedes estar segura de eso.- acarició mi cabello.- Nena.- lo mire.- No les pasara nada ¿vale?

-Y si él… les dice

-Él no saldrá de aquí.- me sonrió. Lo miré.- Anda ahora cuéntame.- me miró, yo me encontraba más calmada mientras el secaba mis mejillas.

-Mi amiga… bueno ella me entrego un libro donde hay un registro…- lo miré a él quien me escuchaba atentamente.- Bueno y salen las bandas y sus integrantes y… él sale en la banda de Laureen…- alce mis hombros dando a entender que era todo lo que sabía.

-¿Conoces a Laureen?

-Por supuesto que si él es el que…- me detuve. ‘‘No hables ___ que empeoraras las cosas’’ me decía a mí misma.

-¿Él qué?- me miró presionándome con su mirada.

-Él estudia en la Universidad.- dije rápidamente.- él fue quien mato al hermano de mi amiga.- dije para no soltar mi caso.

Justin llevo su mano hasta su ceño- Nena, sabes más de lo que pensé.- cerró sus ojos mientras pasaba varias veces su mano por su ceño.-Tu amiga…- comentó.- ¿Es la misma que recupero tu celular?- me preguntó. Asentí.- ¿Te dije ya que debo conocerla?- comentó, y asentí nuevamente esta vez con una pequeña sonrisa.- Respecto al mensaje que me enviaste.- entrecerró los ojos un poco y me sonrió.- Será luego nena.- me dijo y me guiñó.- Ahora tengo cosas que hacer.- alzó un poco sus hombros.- Y creo que tú no has recuperado todas tus energías.- me sonrió. Me sonroje. Por alguna razón sospechaba que Fabi le había colocado algo referente a SEXO.- Ven…- me tomó de la mano. Me hizo caminar a su lado, salimos de la cocina, no había nadie allí, exceptuando a Christian que se encontraba en las escaleras. Él me sonrió muy cálidamente y yo le sonreí tímidamente. Justin me llevó con él hacía arriba por las escaleras y luego caminamos en pasillo para así detenernos en una puerta y entras a… la habitación.- Esta es mi habitación.- sonrió.- la debes recordar.- asentí y lo mire.- ¿Puedes estar aquí por un momento?- me preguntó, asentí encogiéndome de hombros.- Puedes hacer lo que quieras acá.- volvió a sonreírme.- Vuelvo en un momento.- deposito un beso en mi frente.- Y le diré a Christian que te traiga algo de comer.- lo mire sin entender.- Esta atenta cuando él llame a la puerta.- y sin más decir salió de la habitación cerrando la puerta tras él.








Me encontraba sola en la habitación, Justin aun no regresaba y habían pasado más de tres horas ¿se habría olvidado de mi? Estuviera muriendo de hambre si el lindo de Christian no me hubiese traído de comer hace una hora.

En fin, estaba molesta. Me encontraba encerrada allí sin hablar con nadie. Así que si esto era lo que tenía que pagar por abrir mi bocota, era mejor esto que estar muerta. Aunque ya había llamado a mi madre y le había dicho que estaba a que Fabi, me preguntaba que si me llegaba a pasar algo ¿Cómo le explicaría eso?.

La puerta de la habitación se abrió haciéndome ponerme de pie inmediatamente para luego ver a Ryan.- Te llevare a casa.- dijo en voz suave y sonriéndome un poco. Lo miré sin entender.


-¿Y Justin?- le pregunté mientras él me miraba con un poco de compasión. 

15 mar 2015

CAPITULO 27

YOU'RE HIS GIRL - ERES SU CHICA






Abrí un poco mis ojos para que la luz del sol me molestara un poco y me hiciera volver a cerrarlos. Me encontraba boca abajo en mi cama, me podía sentir tan casada. Suspiré un poco, fruncí mis cejas al sentir unos besos húmedos y cortos que hacían su camino desde mi cadera por toda mi espalda hasta mis hombros. Sonreí, era él, si se había quedado.-Buenos días nena.- me susurró y deposito otro beso en mi hombro. Me encogí de hombros al sentir el pequeño escalofríos que recorría mi cuerpo al sentir sus labios. Su pecho se poso sobre mi espalda y su mano derecha se acomodó ligeramente en mi cadera con sus dedos casi alcanzando mi vientre.- Deberías levantarte e ir a la universidad...- me susurró. Yo aún permanecía con los ojos cerrados.- O tal vez sería mejor que te levantaras y nos vamos a mi casa.- su sonrisa chocó con mi piel.

-¿___ YA ESTAS DESPIERTA?- dijo mi madre tocando la puerta un poco fuerte.

Me senté rápidamente quitando a Justin de encima de mí y tomando la sabana para cubrirme mis senos.-Sí, si mamá.- dije asustada. Justin permanecía detrás de mí sonriendo.

-SAL PUES PARA QUE COMAS Y NOS VALLAMOS.- me dijo mi madre en voz alta. Miré a Justin quien estaba en bóxer sobre mi cama y mordiéndose el labio mientras me miraba, me sonrojé al instante.

-NO.- dije y tragué saliva.- YO...- miré a mi alrededor.- ME IRÉ A LA SEGUNDA HORA, AUN NO EH TERMINADO MI TRABAJO ME FALTAN ALGUNAS COSAS...- dije tomándome el cabello.

-BUENO ESTA BIEN.- dijo ella.- NOS VEMOS AHORA... CUÍDATE.

-TÚ TAMBIÉN MAMÁ.- le dije y cerré mis ojos mientras llevaba mi mano a mi frente.- por Dios.- susurré.

-Creo que si entraras a la segunda hora.- me susurró Justin en mi hombro. Lo miré un poco de mala manera.- No me mires así nena.- sonrió.- Sabes cuánto te eh extrañado...- comenzó a besar mi cuello.

-Y yo a ti.- le dije y tomé la sabana y me levante.- Pero debo ir a la universidad Justin.- lo miré, me encontraba de pie frente a mi cama.- Además dijiste que me llevarías.- lo miré con ternura.

-Está bien nena.- dijo sonriendo y negando con su cabeza.- Andando.- dijo mientras se ponía de pie y comenzaba a tomar su pantalón.

-Me iré a bañar...- comenté. Él subió su mirada hacia mi.- ¿Podrías hacerme un favor?- mordí mi labio en forma de suplica.

-¿Ayudarte? Con gusto.- dijo poniéndose de pie frente a mí y tomándome por la cintura.

-No.- reí y me separé de él.- Podrías encender mi ordenador y imprimir mi trabajo mientras...- pensé.- mientras estoy allí adentro.- señale tras de mí.

-Está bien...- dijo cerrando sus ojos y bajando sus hombros.

-Gracias.- sonreí y le tomé el rostro para darle un fugaz beso e irme corriendo al baño.

Al estar dentro del baño escuche la máquina de imprimir comenzar a trabajar sonreí mientras lavaba mi  cuello y mi cuerpo, no mojaría mi cabello por estar limpio y alisado así que lo tenía agarrado en un moño.


(Justin.)

Podría dejar esa cosa allí imprimiendo, era una maquina inteligente, así que podría hacer algo productivo mientras tanto. Miré a mi alrededor buscando que hacer. Sonreí, camine en dirección al baño. Abrí la puerta silenciosamente y vi tras el vidrió su cuerpo, sonreí, claro que no se veía muy bien así que decidí acercarme un poco más al lugar, quité mis pantalones junto a mi bóxer, entré por la puerta, sin correrla mucho para que ella no lo notara.

Al estar ya adentro pude ver su cuerpo relajado. Sus ojos se mantenían cerrados mientras su cabeza caía relajada hacía adelante y el agua caía sobre sus hombros. Su perfecto culo estaba a mi vista, la mejor de todas, así que camine hacía ella y lleve mis manos hasta su cadera, ella brinco en su lugar pero luego permaneció quieta.- ¿Qué haces aquí?- susurró ella.

-Pensé que sería bueno tomar un baño con mi chica...- bese su hombro mientras en agua caía ahora en mi cabello.

-Y mi trabajo...

-No te preocupes...- sonreí.- ya está listo.

-¿Debería creerte?- preguntó ella con una sonrisa en sus labios.

-Es lo que debes hacer nena.- le di la vuelta para besarla. Ella me miro, sus pestañas estaban hermosamente unidas por el agua. La hice hacía atrás para que el agua cayera en mi cuerpo y no en el de ella, así quedaba ella junto a la pared.

-¿Qué haces?- pregunto sonrojada cuando mis manos comenzaban a acariciar su cadera.

-Te estoy deseando ___- le dije mientras mis labios rozaban los de ella.- Deberías dejarme hacerte mía otra vez...- comencé a besar su mentón para luego ir a su cuello. Ella cerró sus ojos y dejo escapar un suspiró.

-Pero me siento un poco cansada... y debo...- se calló un momento mientras yo continuaba besándola y tomando sus caderas en mi manos.- Debo ir a la universidad...- comentó.

-Y lo harás...- le dije.- Luego de hacerte mía.- la apreté más a mí, mi erección estaba tan grande como la noche anterior.- Déjame nena, déjame sentirte mía otra vez.

-Soy tuya Justin.- me respondió ella tomando mi rostro y besándome, deslizo sus manos hasta mi cuello donde acarició mi nuca, me volvía loco, me encantaba que hiciera eso. Mordí su labio y ella gimió.- ¿mi madre ya se ha ido?- me preguntó.

-Creo que eh escuchado el auto.- le dije, ella asintió.

Tomé su trasero con fuerza y la alcé, sus piernas se enredaron al rededor de mí y mi miembro estaba justo al frente de su sexo. Sus caderas comenzaron a moverse hacía mi, y me di de cuenta que ya estaba lista, busque espacio con mi mano entre nosotros para poder tomar mi miembro y situarlo en la entrada de su sexo. Ella jadeó un poco. Mordí mi labio, Dios, cuanto deseaba yo a esta mujer. Empuje un poco hacia ella adentrando mi miembro en su sexo, ella jadeó y haló un poco el cabello de mi nuca, me fascinaba, me enloquecía, gruñí y la penetre completamente, ella abrió su boca manteniendo un momento el aire dentro de ella para luego dejarlo salir. Salí de ella y volví adentrarme, para verle inclinar su cabeza hacia atrás mientras mordía su labio, salí de ella y volví a entrar, sentí sus piernas apretarse a mí. Ella gimió. Le tomé en cuello y baje su cabeza para besarla.

Comencé a salir y a entrar de ella rápidamente, ella gemía sin limitarse, no había nadie que la escuchara, y sus gemidos eran música para mis oídos, volví a embestirla y haló nuevamente mi cabello mientras con su otra mano apretaba mi hombro, podía sentir el calor de su sexo acercarse. La apreté más contra la pared mientras mi mano estaba allí también, la embestí dos veces más para quedarme quieto un momento y ella apretara sus muslos. Habíamos llegado nuevamente al orgasmo, ese abismo en donde nos encantaba estar, ella dejo caer su cabeza sobre mi hombro y yo me quede un momento inmóvil allí sosteniéndola contra la pared.

Ella deslizo sus piernas hacía abajo quedado de pie, me sonrió sonrojada. No me importo solo la tomé y la bese.-Deberíamos bañarnos.- comenté, ella sonrió con ganas y asintió. Comenzamos a echarnos agua para luego enjabonarnos... y sacar el jabón de nuestro cuerpo. Salimos del baño y tomamos una toalla cada  uno, donde ella envolvió su cuerpo en toda la toalla y yo solo de mi cadera para abajo. La tomé en mis brazos y la saqué del baño. Ella sonrió, la deje sobre la cama mientras al mismo tiempo le depositaba un beso en sus labios.

Ella dejo caer todo su cuerpo sobre la cama.- No quiero ir a la universidad...- murmuró. Sonreí.

-Podemos quedarnos si así deseas...- la miré.

-Por tu culpa no quiero ir...- me dijo, sonreí más.

-¿Por mi culpa?- la miré, ella se sonrojó.

-Si...- hizo puchero.- Me siento agotada... solo quiero dormir...- la vi con sus ojos cerrados, se veía hermosa, sonreí mientras la veía.

-Bueno nena... si quieres término de agotarte.- le guiñe mientras me miraba.

-Por supuesto que no dejare que suceda esa.- se levanto de mala gana con sus ojos un poco cansados. Fue hasta su clóset donde tomo unos jeans y una camiseta, claro, aparte de su ropa interior. Entró al baño mientras tarareaba una canción, así que puse mi bóxer y mi pantalón, mis medias y mis zapatos, me asegure de que el trabajo estuviese imprimido y así era, sonreí. La vi salir un poco apurada del baño mientras caminaba de un lado a otro.

-¿En algún momento me dirás la verdad?- le dije mirándola. Ella se detuvo en seco y me miro inmediatamente.

-¿Sobre qué?

Me puse de pie y camine hacia ella.- Sobre esto.- le toqué la pequeña marca en su ceja y los pequeños raspones arriba de la misma.- Te hubiese creído eso si no hubiera visto los morados de tu cuerpo...- la miré a los ojos, ella parecía nerviosa.

-Justin... solo tuve una pelea.- dijo y bajo la mirada un momento. Abrí mis ojos y alcé un poco mis cejas.-Es en serio.- me miró sonriendo y comenzó a separase de mi.- Tuve una riña en la universidad con una chica que no me dejaba quieta pero perdí.- sonrió más mientras se encogía de hombros.

-¿Y por qué me mentiste?- le pregunté sin ninguna intención de estar molesto.

-Eres muy sobre-protector conmigo.- sonrió ella y reí.

-Estás loca.- le dije y me devolví a la cama para poner mi camisa.

-¡JUSTIN BIEBER TE MATARÉ!- chillo. Me di la vuelta y la miré sin entender con mis ojos bien abiertos.

-¿Por decirte loca?- le pregunte.

-¡NO!- chilló.- ¡POR ESTO!- dejo de mirarse en el espejo y se dirigió a mí, inclinó su rostro a un lado estirando su cuello, dejándome ver en él un tono color oscuro, sonreí.- ¡NO TE RÍAS!- me regaño ella. La mire más sorprendido.- ¡MI MADRE VE ESTO Y MI MATA!- se quejo haciendo puchero.

-Nena no es para tanto... además.- la miré.- Después de todo era para que tuvieras más de esos.- le guiñe el ojo. Ella se sonrojo pero continuó sería mientras corría al espejo y lo miraba nuevamente.

-Tendré que cubrirlo con pintura cuando este mi madre.- se dio la vuelta a mirarme.- Ni siquiera te eh echo uno a ti.- dijo cruzándose de brazos y frunciendo sus cejas.

-No, no.- me aleje un poco.- Ni lo pienses.- la miré serio. Ella abrió su boca en sorpresa, entrecerró sus ojos y se dio la vuelta. Fue nuevamente al clóset y tomo una camiseta, fue al baño y cuando ya yo estaba listo ella salió. El pantalón le llegaba exactamente debajo del ombligo, antes no se notaba por su camisa holgada, pero ahora, llevaba una cuello alto que le tapaba el morado, esta camisa era ajustada a su cuerpo y un poco arriba de su ombligo.- Ni pienses eso tampoco.- la señale refiriéndome a su camiseta.

-¿Y por qué no?- me miró.- Tú eres el que me ha hecho un chupete en el cuello.- alzo sus hombros, acomodó su cabello para que cayera a ambos lados de ella. Tomó el trabajo impreso apago el ordenador y tomo su pequeño bolso donde guardo su trabajo.

-___ por Dios...- me queje.- ¿En serio iras así?- la mire.

-¿Que tiene de malo?- me miro ella como si no supiera. Estaba molesta, así que todo lo que hice fue negar con la cabeza y sonreírle.- Llévame a la universidad.- me dijo abrió la puerta de su habitación y salimos por allí, miré toda la casa a mí al rededor, era algo sencilla, sonreí, ella caminaba tan perfectamente con esas botas un poco de tacón bajo. Sonreí. Llegamos a la cocina y me dio unas tostadas con jugo, ella comió lo mismo, luego de eso solo salimos de la casa y subimos a mi auto rápidamente.


(___.)

¿Que se creía él? ¿Que él si podía hacerme un chupete y yo a él no? Pues ya, ni que él fuera el príncipe del Reino Unido. Fruncí mis labios, si él jugaba yo también podía jugar. Él auto se detuvo en el estacionamiento de la universidad sin arreglarlo en algún lugar. Suspiré y él me miró sonriendo.

Me encontraba arreglada para la ocasión, mi regreso a clases, me encontraba con mis pestañas bien remarcadas al igual que mis labios de color rojo ardiente.- ¿Vendrás a buscarme luego?

-Por supuesto.- dijo alzando un poco sus hombros y sonriéndome. Asentí.

Abrí la puerta del auto y saqué mis piernas, me detuve un momento para verle de arriba a abajo.- Gracias gato.- le guiñe el ojo y salí del auto sin no antes ver como sus cejas se fruncían, cerré la puerta del auto sin darle oportunidad de decir algo o al menos darle un beso. Sonreí y camine como una modelo, pasé por frente de su auto como una diva, y coqueteando con la mirada. Hice a depositar un beso en mi mano y soplar para enviarlo por el aire. Luego deje de mirarle, bueno al auto porque el se encontraba dentro y no podía verle. Continué caminando como una diva mientras muchas miradas de chicos se posaban dentro de mí, podía obtener dos resultados de esto, uno, quedar como toda una diva, dos, que Justin se bajara del auto y los matara a todos por mirarme y luego a mi por dármela de diva.

Pero escuche las llantas del auto rechinar tras de mí, así que quedaría en el resultado número uno. En un momento logre ver a Fabiana que también se encontraba arreglada, le sonreír feliz de verla y camine rápidamente hacía ella, donde me recibió con alguno chillidos y un gran abrazo.

-¿Por qué te has arreglado?- le dije mirándola sorprendida.

-Para darte la bienvenida, es tu regreso a clases.- dijo alzando sus brazos.- ¿Y tú?

-¡Por mi regreso a clases!- volteé los ojos.- Obvio.

-No podías dejar pasar la oportunidad para dejarlo con la baba guindando.

-Y tu ni te quedas atrás.- la mire completamente. Ella rió.

-Pensamos igual perra.- dijo y chocamos las manos en lo alto.


Luego de un largo día en clases ya había entregado mi trabajo en el cual había salido perfectamente. Sonreí y me sentí muy bien por ese logro, si que había comenzado el día con mi buen pie. (Tomando mucho en cuenta lo del baño). Fabiana continuó con su trabajo e igual que yo salió bien. Así que eso era nuestra única preocupación por hoy. Fuimos a donde siempre nos sentábamos, mi lugar desde el principio. El pequeño y cómodo banco en el campus de la universidad.

-Hola chicas.- volteamos inmediatamente a ver quién era la chica que nos saludaba. Fabiana se puso un  poco pálida.

-Hola Kate.- le respondí. Ella y sus amigas nos miraban por encima de los hombros.

-Pensé que te había pasado algo.- me miro de arriba abajo.- Bueno eso era lo que se corría en los pasillos.

-Sí, ya sabes que a las personas le gusta hablar mucha mierda de las demás.- le sonreí hipócritamente. Y sabía que me refería a ella.- Pero estaba de descanso.- alcé mis hombros.

-Bueno eso no es lo que dice la marca en tu frente.- sonrió.

-Bueno eso es lo que no te importa.- le sonreí parpadeando. Ella se puso sería, tanto así que se le podía notar desde lejos.

-Terminare por destruirte como a esta perra.- dijo señalando a Fabiana.

-Estoy esperando por eso.- extendí mis brazos a los lados.

-Perra.- me dijo mirándome con odio.

-Aprendí de la mejor.- sonreí señalándole. Ella se enfureció más y se fue echando humos, y sus amigas, o debería decir mascotas, siguiéndolas.

-Estuviste fabulosa.- me dijo Fabiana sonriendo y abrazándome, reí.

-No te pueden joder si no los dejas.- dije encogiéndome de hombros.

-Eres la mejor perra.- dijo y reímos.

-Ahora me queda algo por hacer...- la miré sonriendo.

-Dirás: nos queda algo por hacer.

-No linda, me queda, es algo referente a Laureen.- la mire.

-¡¿QUE?! ¿TE HAS VUELTO LOCA?- me miró con sus ojos abiertos.

-Bien, bien.- la miré.- No haré nada, pero necesito recuperar mi celular.- ella sonrió.- ¿Qué? ¿Por qué sonríes?

-Bueno es que pensé en darte un regalo por regreso a clases...- sonrió y alzó un poco los hombros.

-No me has comprado un celular ¿o sí?- la miré sorprendida.

-Claro que no.- dijo riendo- ¿quién te crees que eres? ¿Justin Bieber?- dijo riendo. La miré sin entender.- Oh disculpa.- dijo y dejo de reírse.

-Tranquila.- le dije y le sonreí.

-Solo lo dije porque...- suspiró.- Bueno él es el que más manda y es lindo y esta bueno.- sonrió. Reí.

-¿Nunca lo superaras?- dije riendo.

-Por Dios amiga es que tu sí que tienes suerte al haber salido un par de veces con él...- me miro. Sonreí y tape mis ojos.- ¿Qué?- moví mis piernas y chille.- ¿OH POR DIOS DIME QUE?- dijo curiosa.

Destapé mis ojos y ella me miraba esperando algo, sonreí.- Una semana antes de... qué bueno, ya sabes tuviera el encuentro con Laureen.- sonreí.

-DIME ___ JESS.- dijo ansiosa.

-Bueno...- mordí mi labio.- me dijo que...- baje la mirada y tapé mi rostro.

-¿Eres su chica?- susurró. Yo solo asentí mirándola. Ella gritó.- ¡OMG!

-Cállate.- dije riendo.

-¡ERES SU CHICA!- gritó sin creerlo.

-Ya Fabi...- la miré sonrojada.

-Espera...- se calmó de repente. Me miró.- ¿Como es que no ha matado a Laureen?

-¿Qué?

-¿Cómo es que no lo ha matado después de la golpiza que Laureen te dio?

-No, no.- la miré.- él no lo sabe.

-¿QUE?

-No lo sabe.- le repetí.- Apenas fue ayer que se apareció por mi ventana.- le dije.

-¿Qué?- me miró- Espera mucha información junta.- sonreí.- Dime dos cosas.- me miro y me mostró sus dedos.- ¿No te vio durante este tiempo que estuviste como zombie?- dijo y reí.- ¿Y cómo es eso de tu ventana? ¿Qué pasó?

Reí y la mire.- Él no logró comunicarse conmigo antes, así que no logro verme.- la mire.- Y anoche subió por mi ventana y bueno hablamos y...- la miré ella abrió su boca, lo imaginó. Así que no dije mas nada y le mostré el chupete que había dejado Justin. Seguidamente me quede sorda por el gran gritó que dio. Reí.

-¡OH POR DIOS!- gritó.- ¿En serio?- me miró, asentí sonrojada.- ¡mierda!- susurró emocionada, reí más que antes.- Si que eres SU -pronunció fuerte.- chica. Reí mas sin poder superar como estaba ella.- ___...- me miró sería. La mire.- ¿Que tal folla?- me preguntó en susurró y cerca de mí.

-¡FABI!- le grite. Ella empezó a reírse.- No te diré nada sobre eso.- reí con ella.

-Okey ya.- dijo respirando.- pero en serio como...- me miro.

-¡FABI!- chillé. Luego reí al verla reír.- Supera ya eso.- dije.- Dime que regalo me darás por mi regreso a clases.- sonreí.

-Nada mejor del que te dieron anoche.- dijo riendo.

-¡FABI!- chillé otra vez, ella rió más que antes.

-Bueno, bueno.- respiró calmándose.- Eh decidido arriesgarme un poco...- tomo su bolso mientras sonreía- Y...- sacó algo en sus manos.- Recuperar esto por ti anoche.- sonrió. Y me mostró mi celular. Abrí mi boca en sorpresa, lo tomé y la abrace.

-¡GRACIAS FABI!- dije aun abrazándola.

-Sí, se puede decir que anoche las dos tuvimos una noche emocionante.- rió.- claro de diferentes formas.- la solté. Y ella alzó sus hombros haciéndome reír.

-¿Lo superaras algún día?- le dije riendo y encendiendo mi celular que estaba apagado.

-Algún día no muy pronto.- rió. Reí con ella.- Escríbele.

-¿A quién?- la miré.

-A tu chico.- me guiño.

-No...- dije riendo.

-¿Por qué no?- me miró.- Dame.- me quito el celular de las manos.

-¿Que harás?- la miré.

-Solo haré que tu celular pueda agarrar la señal del Internet aquí en la universidad.- dijo, la vi tocar teclas y teclas.- O tal vez enviarle un mensaje a tu novio.- dijo riendo y entregándome el celular para yo poder notar en la pantalla lo que decía 'ENVIADO'. Abrí mis ojos, y luego la miré a ella quien me miraba con una sonrisa.

-¿Te has vuelto loca?- le dije y busqué el mensaje. Sin antes poder leerlo salió en mi pantalla. 'LLAMADA ENTRANTE DE ACOSADOR'- ¿Que le has escrito?- La miré.- ¿Que le digo?- le dije nerviosa.

-Solo contesta, no seas tonta.- dijo mirándome.

-¿hola?- respondí nerviosa.

-¿___? ¿Eres tú? ¿Estás bien?

-Eh... si, si soy yo y estoy bien.- dije y miré a Fabiana sin entender porque Justin estaba así.

-¿Cómo has recuperado tu celular?

-Bueno... una amiga lo hizo por mi.- me encogí de hombros.

-Mmm... Me gustaría conocer a esa amiga.- abrí mis ojos hacía Fabi.

-¿Qué?- susurró ella.

-Quiere conocerte.- susurré mientras tapaba la bocina del celular. Ella tapó su boca y se levantó rápidamente y corrió un poco alejándose de mí para luego... gritar. Si, gritar.

-Creo que ella estará de acuerdo.- dije mirándola mientras brincaba y gritaba y los demás la observaban de manera fea.

-Bueno...- suspiró.- Creo que hoy no será, tengo otros planes para nosotros aparte de lo que me propusiste.- abrí mis ojos, que le habría puesto la loca de Fabiana en el mensaje.

-¿Planes? ¿Cómo cuales?

-Bueno...- guardo silenció un momento y me dediqué a ver a Fabiana que me sonreía enormemente y venía de regreso a mi.- Te lo digo cuando pase por ti.

-Pues... ¿qué haces ahora?- pregunté.- Ya he salido de clase y solo pasaba un rato con mi amiga.- sonreí.

-Pues... no hacía nada, voy por ti.- dijo con esa voz que me encanta.

-Vale.- colgué la llamada.

-¡OMG!- chilló Fabi abrazándome.- El hombre más bello quiere conocerme.- me apretó mas en sus brazos, solo reí.

-Fabi me preguntó como reaccionarías si él te invitase a salir.

-Me muero ___.- tocó su pecho.- Me muero si eso pasara.

-Hey.- la miré sonriendo.- Él es mío.- la mire.

-Lo sé pero si no lo fuera le diera hasta la muerte.- cerró sus ojos y llevó las manos a su pecho.

Hasta la muerte estaba yo que sentía no haber descansado nada. Bueno por una buena causa. Justin si que sabía hacerlo, si que sabía. Suspiré y miré a Fabi que aun no salía de su shock.- Tendré que buscar un chico lindo para ti Fabi.- la miré, ella abrió sus ojos.- Y así matas esas ganas que no te dejan vivir.- me reí, ella se sonrojo.

-Te diré cuales me gustaría.- dijo riendo. Me tomó de la mano y me llevo a su lado.

-¿A dónde vamos?- la miré.

-A mi casa.- me sonrió.

-Yo...- la miré.- Bueno es que... Justin...

-Sí, sí, ya entiendo.- dijo ella sonriendo.- Trata de hacerlo por mi...

-¡FABI!- chillé.

-Está bien, está bien.- rió.- solo bromeo.- puso sus manos en alto. Sonreí.

-Me apresuraré a buscarte a alguien para que te lo folles.- dije riendo mientras ella abría su boca en asombro y me daba un pequeño empujón.

-Solo procura avisarme cuando para ponerme más sexy que hoy.- dijo riendo mientras caminábamos.

-Lo haré, claro que lo haré, debes dejarlo con la boca abierta quien quiera que sea.- sonreí.

-Bueno...- suspiró, nos encontrábamos en el estacionamiento, al lado de su auto.- Me marcho.- suspiró.- Quería más tiempo contigo.- hizo puchero.- Pero entiendo que tus ganas de tirar son peor que las mías.

-¡FABI!

Ella rió.- Solo bromeo.- se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla.- Me avisas si podemos vernos luego.- me dijo asentí. Ella subió a su auto y lo encendió.- Hasta luego perra.- me lanzo un beso. Sonreí.

-Hasta luego.- le dije sonriendo. Ella aceleró un poco su auto y lo puso en marcha, yo solo sonreí mientras la veía marcharse. Suspiré y me di la vuelta para chocar contra...-¿Kyle?- lo miré de arriba abajo. Estaba tan guapo, tan sexy, tan bello, tragué saliva.- Hola...- dije sonriendo.

-Veo que te encuentras bien.- me sonrió y me abrazó, también lo abrace aunque no se me quitaba de la mente que Justin estaría por llegar.- ¿Como estas?

-Bien, bien y tu ¿como estas?- dije sonriéndole y nerviosa.

-Pues bien...- se encogió de hombros.- ¿Me acompañas a buscar algo?- señalo tras de él, hacia la estructura de la universidad.

Mire a mi alrededor, Justin no había llegado, lo miré y asentí.- Que sea rápido.- dije sonriéndole.

-Lo será.- dijo y me tomo del antebrazo y camine a su lado, entramos a la universidad la cual ya estaba casi sola, faltaba un cuarto para las seis, a esa hora casi no hay nadie. Fuimos exactamente para el aula D037, miré a mí alrededor. Era muy pequeña esa aula, tipo laboratorio o algo así.

-¿Que buscaras acá?- lo miré. Y le vi cerrar la puerta. Abrí mis ojos y lo mire otra vez a él.- ¿Qué haces?

-___ estas hermosa.- dijo mirándome.- No te asustes... no te haré nada malo.

-Tú también te ves diferente...- lo miré.- Pero... ¿qué hacemos acá?

-Nada que no podamos querer...- me susurró y dio unos pasos hacia mi quedando muy, pero muy cerca de mí.

-¿Que intentas hacer?- dije embobada mirando su mandíbula definida y sus ojos claros.

-Permíteme besarte...- susurró con sus manos en ambos lados de mi cintura, mientras mantenía sus ojos ahora cerrados y su aliento chocaba en mi rostro.

-No...- dije con los ojos cerrados, por un momento embobada.- No creo que sea correcto.- dije abriendo mis ojos y alejándome de él, él abrió sus ojos y me miro.- Debo irme.- señale tras de mi donde estaba la puerta.- Me esperan.- hice una mueca con los labios y lo mire él solo optó por sentarse sobre una mesa.- Hasta luego.- le dije y salí del lugar lo más rápido que pude. Respiré un par de veces antes de apresurarme a salir de la estructura de la universidad.

Camine rápidamente, no sin antes mirar a cada vez hacía atrás. ''¿Que me está pasando? Es como si me empezase a gustar Kyle. Y eso no puede ser posible, él es mi amigo... y... Además soy la chica de Justin.'' Hice mi cabello hacía atrás y me apresure mas.

Respiré por enésima vez y al llegar a la entrada de la estructura abrí la puerta que ya estaba cerrada y al salir.- Justin.- dije sin aliento al casi chocar con él.

-Hola...- me miró un poco extraño para luego mirar hacia adentro de la universidad.- ¿Sucede algo?

-NO.- dije apresuradamente. Él frunció sus cejas. Maldije para mis adentros por estarme comportando así, ''¿qué me sucede? No  me he acostado con Kyle, tampoco lo he besado'', así que trate de calmarme.- Solo fui adentro por mi celular.- dije y se lo mostré ya que lo tenía en la mano.- Lo había olvidado en mi casillero cuando vine acompañar a mi amiga, y como no llegabas decidí ir a buscarlo.


-Hey.- dijo mirándome.- Para y respira.- dijo, estaba hablando demasiado rápido.- No te eh pedido explicación.- sonrió.- Mejor vamos.- me tomó de la mano.- Te tengo algo como una sorpresa.- sonrió. Lo miré y volví a él. No existía más nadie en el mundo para mí solo él. Sonreí y me sujete fuerte a su mano.- Espero te guste.- mencionó mientras subíamos al auto.

12 mar 2015

CAPITULO 26

YOU WILL BE MINE TONIGHT  -  TE HARÉ MÍA ESTÁ NOCHE





-¡MAÑANA IRÉ Y PUNTO!- le grite a mi madre para luego lanzar la puerta. Ya había pasado más de una semana, por supuesto, y Zac había vuelto a su ciudad porque lo habían aceptado en la universidad. Mi ojo izquierdo ya estaba igual que el derecho, a mi cuerpo ya no le dolía nada, y los morados habían desaparecido aunque apenas podían notarse algunos en mi abdomen. Sonreí por el resultado, aunque aun me quedaba la marca sobre mi ceja de los puntos ya retirados y a su alrededor marca de raspón no me importaba, lo que ahora me importaba era ir a la universidad y salir del encierro infernal.

Ya estaba oscureciendo, día domingo, primera vez en la vida que ansiaba tanto que llegase el día lunes. Había pasado toda la tarde con Fabi poniéndome al día con las cosas de la universidad. Aunque se hacía la olvidada para no mencionar nada sobre Laureen yo sabía que aun continuaba manteniendo sus malas bromas y amenazas sobre ella, y lo mal que me hacía sentir eso por ser yo la causante de que la volvieran a notar entre la multitud.

Me encontraba en short y camiseta de tirantes, sin brasier, sentada en el escritorio del ordenador terminando de hacer un trabajo para la universidad, me encontraba al rededor de las diez de la noche. Tamboreé mis dedos sobre la madera pensando en que más poder agregar a mi trabajo, bueno nada más por el momento, tendría que llevarlo así. Sonreí para mí misma.- ¿Muy concentrada?- escuche decir tras de mí, brinque en mi lugar al mismo tiempo que tomaba mi bolígrafo y me daba la vuelta para atacar con mis ojos cerrados. Una mano tomo mi muñeca inmovilizándome. Abrí mis ojos para ver mi atacante y...

-¿Justin?- susurré.

-¿Acaso quieres matarme?- me preguntó con sus ojos abiertos.

Abrí mis manos dejando caer el bolígrafo.- No sabía que eras tú...- dije aun mirando sus ojos claros.

-¿___ TE ENCUENTRAS BIEN?- preguntó mi madre en voz alta desde posiblemente las escaleras. No me había dado de cuenta que también había gritado.

-SI-SI, ESTOY BIEN...- dije en voz alta sin aun no poder dejar de mirar a Justin quien soltaba mi mano.-¿Qu-qué haces aquí?- pregunté mirándolo y poniéndome de pie.

-¿Que te sucedió?- me preguntó abriendo sus ojos y tomando mi rostro entre sus manos, su mirada fue a parar en la marca en mi ceja y parte de mi frente.

-Eh...- suspiré.- Me caí.- me encogí de hombros.

-¿Te caíste?- me miró frunciendo sus cejas.

-Sí, si.- di una media sonrisa.- Por las escaleras.

-¿Como sucedió?

-Solo perdí el equilibrio.- me encogí de hombros.

-___...- entrecerró sus ojos.- ¿Estás bien?

-Perfectamente.- sonreí, estaba tonta mirándolo, se encontraba tan bello, quizás cada vez que lo veía era más bello que antes. Él me dio una media sonrisa.

-¿Por qué no me respondes los mensajes?- Su expresión había cambiado de un momento a otro.

-Yo...- lo miré.- Perdí mi celular...- alcé mis hombros.

-¿Lo perdiste? ¿Cómo?- entrecerró sus ojos.

-No lo se... solo lo perdí, no sé donde.- lo miré sin entender.

-___ te haré una pregunta muy sería.- frunció un poco sus cejas.- Y espero me respondas con la verdad.- asentí inmediatamente.- ¿Conoces a Rift?

-¿Rift?- pronuncié luego de él con mi ceño fruncido.- NO.- negué con un movimiento de cabeza.

-¿Segura?- me preguntó.

-Segurisima.- le dije.

-Gracias a Dios...- dijo en un suspiró y me miró.- Eh estado preocupado por ti...- acarició mi mejilla.

-Estoy confundida...- dije aun con mis cejas juntas.

-¿Sobre qué?- me preguntó.

-Me preguntas si conozco a alguien y luego no explicas el porqué de tu pregunta...- lo miré.

-Olvida eso y ya.- me dijo. Asentí no muy contenta.- ¿Por qué no te has comunicado conmigo?- me miró.

-Eh perdido mi celular.- le repetí.- Y mi madre me tiene en algo como aislamiento luego de que me caí.- le sonreí.- y tú.- lo miré.- ¿Por qué no has venido antes?

-Siempre estaba la cortina abajo con los vidrios cerrados.- me sonrió. Me sonroje.- Ven aquí.- sonrió mostrando sus dientes y extendió su mano hacía mi.- No te eh visto hace mucho.- Colocó su mano en mi cintura y me haló hacía él, sonreí.- te eh extrañado nena.- beso mi mejilla dejándola un poco húmeda, sentí un calor comenzar a formarse en mi ingle.

-¿Si?- pregunté en un susurró, embobada, con los ojos cerrados.

-Si...- me respondió al igual que yo, en un susurró.- ¿Y tú?- sus besos iban bajando por mi mandíbula para llegar a mi cuello.- ¿Me has extrañado?- me preguntó mientras su mano izquierda tomaba mi cabello y lo halaba hacía atrás haciéndome estirar mi cuello y darle paso a él y a sus besos.

-Si...- dije en algo que ya no era un susurró.- lo eh echo.- le dije y subí una de mis manos a su cuello y acaricié su nuca y su cabello. Él mordisqueó un poco mi cuello, ya todo el calor se esparcía por mi cuerpo.

-¿Que estabas haciendo allí?- me preguntó, mientras sentía los dedos de su mano derecha clavarse en mi piel.

-¿En dónde?- le pregunté mientras llevaba mis manos a su sobretodo y lo deslizaba un poco hacía atrás mientras él aun continuaba dando pequeños y castos besos en mi cuello.

-Antes de que te sorprendiera.- pude sentir su sonrisa chocar contra mi cuello.

-Terminando un trabajo.- le respondí aun con mis ojos cerrados.

-Pues dalo por terminado.- me dijo y se separó de mí. Abrí mis ojos inmediatamente saliendo de mi burbuja. Colocó su sobretodo encima de la silla donde me encontraba cuando llegó, cerró la laptop, caminó hasta la mesita de noche y encendió la lámpara.

-¿Qué haces?- pregunté aun descompuesta, mientras lo miraba caminar en mi habitación, lo vi acercarse a la puerta y asegurarse de pasarle todos los seguros. Abrí mis ojos sin saber cuál era su fin, apagó la luz de la habitación quedando solo alumbrada por la lámpara de la mesita de noche.

-Esta noche me quedaré contigo.- dijo mientras caminaba a mí y quitaba su camisa. Jadeé en mi lugar.

Y no tuve oportunidad de tomar una bocanada de aire cuando sus manos llegaron a mi rostro y pegó sus labios a los míos, jadeó, si, él jadeó, y eso hizo que mis terminaciones se pusieran a flor de piel. Cerré mis ojos, saboreé sus labios, labios que no había besado hace mucho, labios que necesitaba. Sus manos bajaron con rudeza hasta mi cintura, al mismo tiempo subí mis manos a su cuello, acaricié su nuca, halé su cabello, gruño. Apretó mis caderas en sus manos y jadeé, estaba que explotaba allí, el calor en mi entrepierna cada vez era más grande y más fuerte. Sus manos bajaron a mi culo y lo apretaron jadeé y abrí mi boca dándole espació a su lengua, frenéticamente sus manos subieron hasta mi cintura donde sus dedos se clavaron en mi piel y me apretaba a él.

Rodeé su cuello pegándome a él, su pecho estaba descubierto, la punta de mis pezones estaban duros y pegaban en su pecho. Sus dedos cada vez se clavaban mas en mi piel mientras sus labios bajaban a mi cuello y lo besaban, le tomé el cabello y lo apreté entre mis dedos halando un poco de él. Él comenzó a succionar y mordisquear mi cuello. Mis piernas se desvanecían. El calor que sentía en mi sexo era algo insoportable. Baje mis manos por su cuello, hasta su pecho, sentí su respiración áspera, baje por su abdomen hasta su vientre, llegué a su pantalón y lo desabroche metí mi mano por encima de su bóxer para sentir el bulto que ya estaba formado. Él gruño un poco cuando lo apreté entre mis manos.

-Te haré mía esta noche.- dijo con voz ronca sobre mi cuello.

-Hazlo.- dije con mis ojos cerrados,  pérdida en las sensaciones.

Y basto de esa palabra. Sus manos bajaron a mi culo y lo alzó fuerte hacía arriba despegándome del suelo. Jadeé y me tomé de su cuello mientras me besaba con fuerza, comenzaba a sentir mis labios gruesos. Jadeé un par de veces más cuando su bulto rozaba mi sexo. El calor que ya estaba allí era difícil de soportar.- Eres solamente mía ___.-  dijo mientras me ponía sobre la cama. Yo asentí mientras me mordía el labio, le miré, sus ojos se encontraban oscuros, llenos de lujuria, placer, estaban tornados sobre mi.- Te haré saber cuánto me perteneces.- dijo y se fue directamente a mi cuello. Jadeé. Su bulto se pegaba a mi sexo.

Mis caderas se alzaban en busca de más, quería sentirlo dentro de mí, quería que calmara el calor que sentía dentro de mí. Se levantó rápidamente y retiro mi short.- Maldición sí que estas buena.- murmuró negando con su cabeza y poniéndose encima de mi nuevamente. Sus manos recorrieron desde mi cadera hasta mi cintura, allí clavo nuevamente sus dedos en mi piel, cosa que ahora me encantaba, porque me hacía sentir que reclamaba lo de él.

Sus manos tomaron mi camiseta y la subieron, subí mis brazos para que la sacara por completó, quedando con mis senos frente a sus ojos. Sus labios se fueron a los míos donde me besaba con furia mientras yo jadeaba y alzaba mis caderas para rozar mi sexo contra su bulto. Sus mano izquierda se fue hasta mi seno y comenzó a tocarlo.- Maldición nena.- susurró.- Estas jodidamente excitada.- dijo tocando mis pezones erectos.

-Hazme tuya.- le dije, lo tomé y lo halé hacía mi para besarlo, él no se resistió. Sus manos tocaban mis senos y pellizcaban sus pezones, gemí, y su sonrisa chocó contra mis labios. Halé el cabello de su nuca y él gimió, le sonreí mientras me besaba, él sonrió más y negó con su cabeza.

-Deja de hacer eso o terminare follándote sin control.- dijo sonrió de medio lado mientras me miraba.

-Hazlo.- le dije, sus ojos se abrieron y se tornaron mas. No pronunció nada. Sus manos se fueron hasta ambos lados de mi cabeza y me tomaron con fuerza. Sus dedos se enredaron en mi cabello, me movió más arriba de donde estaba. Jadeé, su besos eran más frenéticos que antes. Eso sinceramente me excitaba más. Sus labios dejaron los míos para irse a mi cuello y succionarlo  un par de veces fuertemente antes de mordisquearlo, mis manos halaban su cabello, apretaban su nuca, mordí mi labio mientras él gruñía. Él era mío.

Sus labios llegaron a mis senos, su lengua se movía en forma circular alrededor de mi pezón derecho, mientras su mano izquierda merodeaba por mi entrepierna. Su lengua dejo de moverse para comenzar a succionar mi pezón erecto. Jadeé mientras mi espalda se arqueaba, halé su cabello, el mordió mi pezón, gemí en alto, su mano derecha se poso sobre mi boca. Si seguía así mi madre terminaría por enterarse de todo. Su boca fue hasta mi pezón izquierdo donde comenzó con el mismo procedimiento, moviendo su lengua alrededor de mi pezón, luego comenzó a besarlo y succionarlo. Pero esta vez su mano se fue por debajo de mi braga y sus dedos comenzaron acariciar mi sexo.

Abrí mis piernas y subí mi cadera un poco para que sus dedos llegaras a donde yo quería.- Nena sí que estas excitada.- dijo para continuar besándome.

-Tú me haces estarlo.- dije seguido de un jadeo.

Sus dedos comenzaron acariciar mi sexo, en forma circular por todo su alrededor. Jadeé mientras mis caderas se movían en busca de más. Sus dedos comenzaron adentrarse lentamente hasta que finalmente moví mis caderas y les hice entrar.- mmm... si.- jadeé. Sus dientes se clavaron en mi seno. Jadeé. Mis manos fueron hasta su cabello y la halaron. Sus dedos continuaban moviéndose dentro de mi.- Hazlo.- le susurré mientras movía mis caderas. Sus dedos comenzaron a entrar y salir de mi sexo, pero quería mas, comencé a mover mis caderas en su búsqueda pero sus dedos largos y gruesos aun estaban en mi sexo moviéndose y volviéndome loca. Su mano se poso sobre mi boca pero incliné mi cabeza hacia atrás quitándola, mi espalda se curvo, y la tensión en mis muslos creció, sentía que algo estallaría dentro de mí. Tomé su cabello y lo hale al mismo tiempo que me dejaba caer al abismo. Mi espalda volvió a descansar sobre la cama y mis piernas se desentendieron de la tensión.

Me mantuve con los ojos cerrados tratando de encontrarme.- Maldición nena te has llegado.- dijo Justin sacando su mano de mi braga, abrí mis ojos para verle. Llevo sus dedos a su boca y los saboreó mientras mantenía sus ojos cerrados. Se subió un poco para quedar con su rostro frente al mío.- Hacia mucho que no te tocaba...- sonrió aun metiendo sus dedos a su boca. Luego de eso comenzó a besar mi cuello, su mano izquierda tomo mi rostro y parte de mi cabello.- Ahora escúchame nena...- me hizo mirarlo.- Necesitó que estés lista para mi.- saboreó sus labios.- Porque te haré mía.- sus ojos se tornaron igual que antes y un calor comenzó a crecer otra vez dentro de mí.

Lo tomé y comencé a besarlo, él no hizo nada de lo contrarió, continuó besándome mientras sus manos acariciaban mi cuerpo, sus dedos se clavaban en mi cintura y eso hacía crecer el calor dentro de mi. Comencé hacer caricias en su nuca y su cabello y de vez en cuando lo halaba. Él gruñía, sus dedos fueron nuevamente a mi sexo y me tocaron, jadeé al sentirlos entrar nuevamente en mi, mis caderas se contrajeron y el calor rápidamente creció al mismo nivel que de antes.- Me encantas cuando estas así.- me susurró en el cuello. Sacó su mano y levantó, donde rápidamente alcanzó mis caderas y tomó entre sus manos mi braga, la bajo por mis piernas y la quitó rápidamente. Se quedó de pie mientras sacaba algo plateado de su bolsillo y quitaba por completo su pantalón y bóxer, dejándome ver su gran miembro. Se puso otra vez sobre mí y a mi lado dejo el envoltorio plateado. Sus manos fueron nuevamente a mi intimidad donde abrí mis piernas para poder sentirlo. Él sonrió un poco.- Me volverás loco.- me susurró. Lo tomé sin dejarlo hablar más y lo hale hacía mi para besarlo, sus manos se quedaron a mis lados para no dejar caer todo su peso sobre mí, oportunidad que aproveche para alzar mis caderas y rozar su miembro en mi sexo, jadeé al sentir la sensación, cerré mis ojos y él trataba de alejar un poco su miembro pero enrolle mis piernas a su cintura haciendo que su miembro quedara pegado a mi sexo. Gemí.- Nena no...- dijo llevando una de sus manos a mi pierna para desenroscarla.

-Si...- le susurré al oído y comencé a besar su cuello.

-Necesito ponerme le preservativo...- me susurró mientras él comenzaba  a besar mi cuello.

-Las otras veces no lo has hecho.- dije y tome el envoltorio plateado y lo tire al suelo.- Hazme tuya Justin.- le dije al oído y halando su cabello.

El tomó mi pierna y la abrió un poco más, tomo su miembro mientras me miraba a los ojos, mordí mi labio en la espera. Presiono su miembro en mi sexo y abrí mis labios para dejar entrar aire, claro que dolía un poco, pero lo deseaba, volvió hacerlo, presionó nuevamente y yo alce mis caderas para que entrara. Él cerró su mano derecha en un puño y sus dedos izquierdos se clavaron en mi muslo. Jadeé al sentirlo entrar.- Maldición nena, me harás venirme de una vez.- me miró y cerró sus ojos para comenzar a besarme.

Comencé a mover mis caderas para poder sentirlo más. Él comenzó a entrar y salir de mi sexo. Jadeé. Mis pezones reventarían de lo erecto que estaban. Justin flexionó sus rodillas un poco y lo pude sentir mejor, jadeé. Comenzó a moverse con fuerza y al mismo tiempo que me besaba el cuello. Su mano izquierda me tomaba mi pierna derecha y sus dedos se clavaban en mi piel. Mis gemidos no paraban de salir, no los  podía controlar, era mi mayor deseo sentirlo, su mano derecha se poso sobre mi boca para que no salieran tan altos mis gemidos, halé el cabello de su nuca y lo tome con fuerza, él gruño, apreté su miembro con mi sexo y sus dedos se hundieron mas en mi.

Saco su miembro repentinamente de mi y lo miré.- Ven nena...- me tomó de la mano, me senté.- Colócate de espalda.- me dijo. Sin preguntar o protestar hice lo que me pidió. Me puse de rodillas para darme la vuelta así que acosté mi cuerpo pero cuando fui a enderezar mis piernas él no lo permitió.- Quédate así.- me dijo. Cerré mis ojos para concentrarme. Estaba de rodillas con mi cuerpo inclinado frente a él. Estaba sobre mis codos, baje mi cara escondiéndola entre mis brazos y la cama.- No te avergüences tienes un culo muy hermoso.- dijo con voz ronca. El calor continuó allí en mi entrepierna. Se posicionó tras de mí y comenzó a introducir su miembro en mi sexo. Jadeé. Podía sentirlo de una forma mejor. Comenzó a moverse, una y otra vez dentro de mí, con locura, fuerza, sin importarle, yo jadeaba fuertemente pero la cama no hacía que se escucharan tan fuertes.

Sus embestidas hacían que una bola de calor comenzara a formarse rápidamente. Jadeé.- Justin.- gemí y  cerré mis ojos con fuerza.

-Eres mía nena.- dijo con su voz más ronca que antes. Se inclinó hacia mí y me hizo subir con él. Se encontraba de rodillas sentado sobre sus piernas y ahora yo estaba sentada un poco sobre él, con su mano derecha me tomo el cabello y lo haló para mostrar mi cuello, su mano izquierda se fue hasta mi sexo, mi clítoris  específicamente, yo solo llevé mi brazo izquierdo hacía atrás y tome el cabello de su nuca, nos movíamos en un solo ritmo.- Anda nena llégate para mi.- me susurró.- Eres mía.- me repitió.

-Tuya.- dije en un jadeó. Dejo de besarme y me inclinó nuevamente como antes. Jadeé al sentirlo embestirme con más fuerza. Podía sentir un dolor en mi vientre pero era soportable, y era placentero sentirlo a él.- Justin.- Jadeé. Y cerré mis ojos. Al mismo tiempo que él gruñía y clavaba sus dedos en mis caderas. Ambos nos dejamos caer en el abismo. Apreté la sabana en mi mano mientras soportaba la sensación de aun sentirlo dentro de mí. Continuó moviéndose lentamente y luego salió de mí.

-Nena eres la mejor...- dijo acostándose a un lado. Yo baje mis piernas y me quede allí boca abajo tratando de recuperarme. Solo se podía escuchar la brisa entrar por la ventana y nuestras respiraciones aceleradas.- ¿Estás bien?- me preguntó mientras depositaba un beso en mi hombro y la mitad de su cuerpo se encontraba sobre el mío. Yo solo asentí.- ¿No te eh lastimado?- me preguntó y negué con mis ojos cerrados.- Ven.- dijo dándome la vuelta. Quede boca arriba mirándolo.- Eres mía.- sonrió. Sonreí agotada.- Ningún otro hombre te podrá tocar.- asentí y él me beso.

-Ahora descansa nena...- me dijo sonriéndome mientras acariciaba mi cabello.

-Quédate...- le susurré.


-Me quedaré toda la noche contigo.- beso mi frente.- Y te llevare mañana a la universidad.- sonrió. Asentí sonriendo. Él se acomodó sobre su espalda, y yo me quede allí abrazándolo. Cerré mis ojos, había sido la mejor noche. Sonreí para luego sentir el gran peso en mis ojos.

CAPITULO 25

SHE IS IN THE GAME  -  ELLA ESTA EN EL JUEGO






-¡SUÉLTAME!- grite por décima vez.-¡SUÉLTAME!- luche porque no me metieran dentro del auto.

-Veremos quién es quién perrita...- susurró Laureen.

-¡MUÉRETE!- le grité. Los dos hombres detrás de mi me empujaron hacía el auto obligándome a subir en el. Algunas lágrimas se salían de mis ojos, pero no estaba dispuesta a mostrarle mi miedo. Dentro del auto los hombre me sujetaron las manos con un cordón fuerte.- ¡IMBÉCIL!- le grité. Y del asiento de adelante donde estaba él, le vi darse la vuelta y levantar su mano frente de mi para luego estrellarla fuertemente en mi mejilla.




-¿EY PUTA?- escuche que me gritaron al mismo tiempo que caía sobre el pavimento. Comencé a toser mientras sentía el fuerte dolor en mi mejilla.

-¡MARICA! Le pegas a una mujer ¡ERES UN MARICA!- le grité aun en el suelo.

-¡PERRA ESTÚPIDA!- me pateó un poco en las piernas.

-¡DEBERÍAS AL MENOS SOLTARME Y NO SER TAN MARICÓN!- le volví a gritar, esta vez mirando a mí  al rededor  tratando de reconocer en donde estaba.

-Suéltala.- le ordenó a uno de sus chicos. El hombre se acerco a mi eh hizo lo que él pidió, me soltó, me desató mis manos.- Quiero verte luchar hasta que no puedas maldita perra.- me dijo caminando a mi alrededor.

Me puse de pie inmediatamente. Y miré a mi alrededor.- Defiéndete pues.- dijo mientras me empujaba por los hombros.

-¡MARICÓN!- le grité y lo golpeé con mi puño cerrando, sin saber en qué parte de su rostro darle, luego de un momento cuando volvió a mirarme allí estaba, sangrando de su labio. Sonreí.

-¡PERRA!- gruño. Y lanzo un golpe hacia mí, pegándolo en mi mejilla, aunque caí en el suelo continué consciente de lo que sucedía, sus puños lograban acomodarse perfectamente en mi estomagó y espalda. Cada golpe me recordaba un pequeño momento en mi vida, pero muy próximos, esos momentos donde estaba junto a Justin y me sentía protegida. Grité en cada golpe, luche con mis manos hasta  no poder más, hasta que mis fuerzas se agotaron, hasta que mi cuerpo no dio más.




Comencé a escuchar un sonido conocido. Era el sonido de la pequeña maquina conectada a mí que permitía seguir el ritmo de mi corazón. Traté de suspirar, pero fue donde me di de cuenta de que nada había sido un sueño si no que todo era la simple realidad. Mi pecho me dolía por tan solo respirar, al igual que mis costados y mis brazos. Abrí mis ojos y aunque me sentía un poco extraña porque no sentía mi rostro. Tragué un poco de saliva, y en verdad eso también dolió. Fruncí un poco mis cejas ignorando el dolor que esto también me causaba. Veía las cosas borrosas y pude notar también que no podía abrir muy bien mi ojo izquierdo.

Con un poco de dolor subí mi mano derecha hasta mi rostro, mi ojo se sentía como una pequeña bolsa de agua, ¿qué mierda me había sucedido? Cerré mis ojos y comencé a forzarme a recordar lo que me había sucedido. ''Laureen'' susurré dentro de mí. ''Maldito Laureen''.-¿___?- escuche que dijo una voz femenina. Baje mi mano con cuidado. Mientras la mujer que aun no conocía apretaban un botón que hacía un ruido extraño llamando a los doctores.

Al lograr abrir mis ojos me di de cuenta que la mujer era mi madre, ella lloraba tomándome de la mano izquierda.- Mi niña.- lloró. No podía hablar me dolía todo, desde mi mejilla hasta mis piernas. Tomé un poco de aire lentamente y apreté su mano.

-Es-es-estoy bi-bien.- le susurré.

-No, no lo estas.- dijo llorando y negando para sí con un movimiento de cabeza.

-¿Cuanto llevo aquí?- pregunté.

-Solo un día cariño, te encontramos ayer.- me acarició el cabello.- Bueno los policías...

-Creo que me querían robar...- dije cerrando mis ojos. Al mismo momento apartaron a mi madre de mi lado y comenzaron a preguntarme sobre mí misma.
¿Duele aquí? ¿Y aquí? ¿Por aquí?
Por supuesto dije la verdad, en algunos lugares me dolía en otros no.

-¿Que te sucedió señorita?- me preguntó el doctor.

-Supongo que me han robado.

-Pero estaba con sus pertenencias cuando la encontramos...- comentó un oficial que apenas ahora me daba de cuenta que se encontraba dentro de la habitación.

-Entonces no se...- cerré mis ojos.

-¿Sabe quien lo hizo?- me preguntaron, negué con la cabeza. No pensaba decir ni una sola palabra, no me pondría más en riesgo.

El tan solo sentir el dolor que se producía en mi pecho al solo respirar  me hacía pensar en que así o peor sería la paliza que le habían dado a el hermano de Fabiana, que esperaba que estuviese bien en estos momentos.

-___ estas bien ¿okey? No hay fractura ni nada grave...- comentó el doctor mientras veía por tercera vez la pantalla a un lado de mí que marcaba mis valores.

El oficial aun continuaba en la habitación, mi madre le había pedido que se quedara, porque si no fue para asaltarme entonces era alguna amenaza, así que allí estaba, con mi madre, el doctor, y un oficial de policía cuidándome.

-Mamá estoy segura que no es necesario esto...- dije mientras miraba de reojo al oficial.

-Lo es ___, ya guarda silencio y descansa.

-El doctor ha dicho que puedes ir a tu casa.- comentó el oficial para luego aclarar su garganta.- Podrías ir al comando a poner la denuncia.

-Solo quiero ir a casa.- dije con los ojos cerrados tratando de soportar el dolor.

-___ hija debes escuchar al oficial...- comentó mi mamá.

-¡Solo quiero irme a casa! ¿okey?- dije abriendo mis ojos y exasperándome un poco.

-Está bien, está bien...- dijo en voz baja, y por encima de ella escuche el leve suspiro del oficial.- Llamaré a Frank para que venga por nosotras.- dijo mientras se hacía a un lado y tomaba su celular para luego marcar el número de Frank y llamarle.


Luego de esperar un buen rato entro Frank por la puerta de mi habitación, pero no venía solo, estaba con Zac su hijo, quien hizo que me apenara de que me viera en estas condiciones. Ignore el hecho de que estaba allí en la habitación mientras mi madre hablaba con el doctor y Frank llevaba un par de cosas al auto, lo que no pude ignorar fue el hecho de que Zac fue quien me ayudo a levantarme de la cama, claro que tuve que tomarme de él para no llegar a tocar al suelo ya que al estar de pie pude sentir lo débil que estaba y lo dolorosas que estaban mis piernas.

-Deberíamos aunque sea tratar de ser amigos...- me susurró mientras me llevaba agarrada por la cintura y yo llevaba mi brazo por encima de sus hombros para continuar caminando si caerme.

-Si...- susurré.

-Novios ya no podemos...- dijo sin ánimos.- En este caso estamos siendo como hermanos.- dio una media sonrisa.

-Hermanos que se besaron...- dije y él rió. Sonreí con un poco de dolor.

-Puedo admitir que te ves horrible, más con tu ojo así.

-Gracias por ser tan considerado y decirme la verdad sobre mi aspecto.- dije sonriendo a medias y sonando sarcástica en broma. Él solo se dedico a reír.


Al salir del hospital junto a Zac quien es muy buen ayudante, entre al auto en el asiento de atrás y junto a mi subió Zac. Mi madre y Frank adelante en sus asientos.- Mamá...- dije mirándola.- Me pasas mi celular...- le dije.

-Hija encontramos todas tus pertenencias menos tu celular...- me miro haciendo puchero.

-Está bien...- dije y suspiré.- y así dicen que no fue un asalto.- susurré para mí misma.

-Fueras hecho caso al oficial...- comentó mi mamá.

-No mamá.- la mire con mi ojo derecho, claro que el otro ni siquiera podía abrirlo.- ¿Y Fabiana? ¿Sabes algo sobre ella?

-Si, me ha llamado y le eh dicho que no recibirás visitas hasta que estés mucho mejor.

-Mamá...- me quejé.

-Mamá nada.- dijo ella firme en su decisión.- No dejare que nadie te haga más daño que este.

-Mamá es Fabiana!- alcé mis manos.

-¿Y?- dijo ya más sería que antes.- No y punto. Te verá cuando regreses a clase. Mientras Zac se encargara de que no te aburras en casa.

-¡¿QUE?!- grité. Y si, me arrepentí luego cuando sentí el dolor en mi pecho y mi estomago. Me giré para lograr verle un poco y él se encogió de hombros como si no supiese sobre el asunto.- no es posible.- dije dejando caer mi cabeza un poco sobre la parte de atrás del asiento.

-Además el doctor ha dicho que nada de estrés.- replicó ella.- Nada es nada, ni visitas, ni celular ni nada.

-¡No es justo!- me queje.

-Para mí tampoco es justo haber pasado por este susto ¿crees que estoy feliz de verte así? ¿Crees que es lindo que te digan que tu hija podría resistir a esto si no hubiese fractura o algo?

-¿INSINÚAS QUE ES MI CULPA?- pregunté ya alterada con mi dolor de cabeza.

-NO.- dijo ella.- Solo dije que no tendrás estrés y que haré todo lo que dijo el doctor.

-Como sea.- dije furiosa y sin prestarle más atención.



Aunque ya me encontraba instalada en mi habitación, me encontraba súper incomoda tan solo por el hecho de que mi madre me había dejado a cargo de Zac, así que allí estaba él, con sus auriculares y un libro en su mano mientras lo leía concentrado y yo moría de aburrimiento allí acostada, sin ignorar el hecho de que yo misma no me podía sentar ya que mi dolor en el abdomen era muy fuerte. Así que necesitaba de ayuda, su ayuda, exactamente de Zac. De más nadie.

Suspiré obstinada por estar allí acostada sin hacer nada. Fruncí mi ceño y sentí el dolor, maldije en voz baja. Mi ojo izquierdo permanecía dormido con la crema que mamá había puesto encima de la piel hinchada. Y Zac se encargaba de cada media hora cambiarme una rodaja de papá, tratamiento casero que me ayudaría a bajar la inflamación y a no dejarme el golpe colorido.

-Me estoy tomando el papel de hermano seriamente.- dijo sonriendo. Quise echarle malos ojos pero no pude.

-Puedes pudrirte en el colegio de hermanos en alquiler, nadie te elegiría por lo tonto que eres.- dije en sarcasmo. Claro que para él siempre era broma.

-Bueno tu madre me ha elegido.- se encogió de hombro.- Así que tú te pudrirás conmigo.- sonrió. Cerré mis ojos para ignorar el hecho de que de verdad se encontraba allí en la habitación junto a mí.

-Deberías traer un poco de alcohol.- le comenté.

-¿Para las heridas?

-¡Por supuesto que no idiota!- alcé mi mano y la deje caer sobre la cama.- ¡Para tomar!

-¿Tu tomas?

-Si ¿tú no?

-No sabía que tu tomabas...- me miró sorprendido.

-¿Lo traerás o no?- pregunté.

-No.- dijo sonriendo y caminando a su sillón. Tomó sus audífonos y se los puso, tomo su libro y regreso a la página donde había quedado.

Yo solo deseaba recuperarme rápido para ver a Fabiana, regresar a la universidad y no estar postrada en la cama como un paralitica. Suspiré ya resignándome a morir postrada estos días hasta recuperarme completamente. Zac se había quedado dormido con la cabeza guindando a un lado y sus audífonos puestos, claro, tan buen cuidador él, tanto así que si vienen a matarme escuchara exactamente todo lo que suceda.


Mantuve mis ojos cerrados, quería descansar pero no sabía si podría hacerlo con Zac en mi habitación. Trate de tomar mi respiración de que no me doliera tanto así que a medida que lo logre también logre quedarme dormida.



A medida que iban pasando los días mi ojo volvía a su normalidad, los morados en mi cuerpo comenzaban a salir y el dolor comenzaba a desaparecer.  Zac había decidido contarme sobre lo que leía, al igual que dejo pasar a escondidas a Fabiana a mi habitación sin que mi madre se diera de cuenta. Aunque mi madre se notaba aun preocupada ya le había dejado claro que apenas me recuperara iría a la universidad. Si, es que no podía aguantar otro día allí encerrada, casi dos semanas y aun estaba en mi habitación. Justin no había dado señales, Fabiana recibía amenazas de Laureen y yo me preocupaba por ella.

Por alguna extraña razón Fabiana se dio de cuenta que mi celular lo tenía Laureen, pero claro que ella era un poco más cobarde que yo como para ir a quitárselo. Me preguntaba si Justin abría escrito. Zac ya no se pasaba todo el día metido en la habitación, ahora que estaba mejor me daba mi privacidad, aunque a veces hacía falta insultarlo para que pudiese salir de la habitación.

Me puse de pie y Zac se encontraba aun leyendo, esta vez no se trataba de libros si no de un tema para un examen de aprobación en la universidad de la ciudad donde yo solía vivir. Ya el reloj está pisando las tres de la tarde, yo me encontraba frente al espejo viendo como continuaban curándose mis heridas.- Ya no me veo nada mal.- dije sonriendo y feliz porque ya se acercaba el día en que volvería a salir a la calle e ir a la universidad.

-Solías verte mejor antes...- susurró él en un suspiro.

-¿Antes de la golpiza?- lo miré.- por supuesto que sí, ahora solo falta un poco mas y volveré a verme linda.

-No decía antes de la golpiza.- dijo, lo miré.- Dije que solías verte mejor antes.- se puso de pie.- Cuando estabas golpeada.- sonrió burlándose de mí. Abrí mi boca en forma de sorpresa.

-Te agradecería que te largaras.- dije sonriendo y ignorándolo.

-Tu noviecito ni siquiera ha dado señales de vida.

-¿Ya te moriste?- le pregunté aun mirándome en el espejo.

-Es cierto lo que te digo.- se encogió de hombros y tomo sus cosas.

-No seas estúpido- lo miré frustrada.- ¿Dónde está mi celular ahora?- le pregunté.- ¡No esta verdad!- alcé mis manos.- Y tampoco tengo otro. Así que ¿a dónde daría sus señales de vida?- lo miré mas frustrada que antes.

-Está bien, ya cállate que te ves más horrible cada vez.

-Muérete.- le dije. Él sonrió y salió de la habitación cerrando la puerta tras de él.

Me pregunté si podría salir e ir a verle, pero me mire nuevamente al espejo, aun se veían apenas los morados en mi cara y los puntos aun continuaban allí en mi ceja. Pero al menos podía abrir mi ojo izquierdo. Sonreí. Ahora quería volver a la universidad con Fabi y verle la cara a Laureen cuando sepa que no me mato como él quería. Aunque sé que nada le costaría hacerlo, pero... por lo menos tendría que recuperar mi celular. Lo necesitaba. Sí que lo necesitaba. Y Justin, no da señales.



(Justin)

Respiré frustrado por quinta vez en la tarde. Tenía tantas cosas en la mente que terminaría por volverme loco, y pensar que los chicos aun no volvían del recorrido a los que le había enviado, se estaban tardando más de la cuenta. Golpeé un poco con mi puño el vidrio de la mesa, apreté mi mandíbula para lograr contener la frustración que sentía en estos momentos y no dejarla salir y destruir con la casa, si lo haría los chicos se molestarían. Sonreí para mi mismo al ver pasar en mi mente una imagen de los chicos viendo la casa desordenada, patas arriba y destruida. Reí.- ¿Te estás poniendo loco?- me preguntó Ryan, quien apenas me daba de cuenta que se encontraba allí. Me di la vuelta para verlo sonreír y tras él ver entrar a los demás chicos.

-¿Que tal les ha ido?- pregunté mientras los veía que se encontraban relajados sentándose en los muebles. Esto solo significaba  dos cosas: o algo no se dio, o salió perfectamente como estaba planeado.- Hablen.- les presione.

-Todo está perfecto.- dijo Chaz relajado y tirándose sobre el mueble para luego extender sus piernas.

-Bueno como siempre.- dijo Khalil haciendo lo mismo que Chaz.

-¿Y sobre lo que les encargué a ustedes dos?- mire a Ryan y a John.

-Él ya logro rastrear su número.- dijo Ryan señalando a John. Lo miré inmediatamente.

-Siempre se encuentra en la universidad.- me miró y suspiró un poco.

-¿Y?- le miré.

-Pues no lo tiene ella. Él celular lo tiene otra persona.

-¿Quién?- pregunté.

-Justin no querrás saber...- comentó Christian quien entraba por la puerta.

-¡¿QUIÉN?!- pregunté ya fuera de mis casillas. Todos permanecieron callados, se encontraban sentados en los muebles.- ¿QUIÉN JODIDO LO TIENE?- pregunté ya más bravo porque no respondían.

-Rift.- comentó John mirándome con curiosidad, me quede un momento quietó. ¿Por qué él tenía su celular? Suspiré.

-Justin... amigo.- comentó Drake.- creó que deberías sacar tu cabeza de su culo.- fruncí sus labios. Lo miré sin saber que decir o hacer, aunque los otros chicos lo miraron con un poco de sorpresa, se atrevía a decirme esas cosas.- Solo digo que si...- suspiró.

-¿Que si qué?- le pregunté.

-Bueno amigo que si él tiene su celular es por algo.- se encogió de hombros y rascó un poco su cabeza.

-¿A la chica le gusta jugar?- preguntó Chaz.

-Ella está en el juego- dijo Christian.

-¡CÁLLENSE!- le dije.- Ella no es así...- dije sin mirarlos, en realidad no se los decía a ellos, trataba de decírmelo a mí mismo.

-Justin Broth...- comentó Ryan, lo miré.- Quizás ellos tengan algo de razón.

-La chica anda con Rift.- apuntó Christian.

-¡Cállate de una buena vez!- le ordene. Él levantó sus manos en alto de rendición.

-Mira como la defiendes.- Dijo Chaz moviendo su cabeza.

-John- le miré.- ¿Averiguaste bien?

-Por supuesto que si Justin.- me respondió inmediatamente.

-¡Por Dios Justin!- dijo Drake.- Saca tu cabeza de su culo.- me dijo.- Esta más que claro que anda con él. Por algo no responde tus mensajes.- dijo alzando un poco sus hombros.

-Cállate de una maldita vez.- dije en voz fría. Sin siquiera alzar la voz o algo.- Mete tu cabeza en tu culo antes de que yo mismo lo haga por ti.- presioné mi mandíbula para no irme sobre él y destrozarlo. Caminé hacia las escaleras furiosamente y antes de subir me di la vuelta para verles mientras estaban sentados en los muebles en un incomodo silencio.- Si saben algo más del negocio me avisan.- y sin decir más me di la vuelta y subí las escaleras a mi habitación. Entré y tiré la puerta tras de mí. Mi pecho subía y bajaba de lo furioso que ahora me encontraba. ''___ no era así. ¡Por supuesto que no!'' Apreté mis puños y los mantuve a mi lado antes de destrozar algo. Miré a mi cama y recordé la primera vez que la tuve allí, ella estaba drogada, pobre, y pobre de mí por lo que tuve que soportar toda esa noche por no hacerla mía. Tragué saliva.

-¿Se puede?- escuche decir detrás de mi tras unos toques sobre la madera de la puerta. Me di la vuelta para ver a Ryan detenido allí.

-¿Que quieres?- le miré.


-Solo quiero pasar hablar contigo...- asentí. Él paso y cerró la puerta tras de él.- Justin...- me miró.- Se supone que tú debes conocerla, la has investigado, no te has perdido ni un solo detalle de ella, no creo que ande con él...- me dijo.- menos con él.- recalcó.- Algo pasa allí Justin, sabemos que a ella le gustan las cosas malas.- me miró sonriéndome y haciéndome sonreír.- pero no se iría por lo peor.- suspiró.- Debes averiguar lo que pasa.- me miró a los ojos mientras permanecía serio.- Si quieres que sea tu chica debes mantenerla a tu lado.- Tenía sentido lo que me estaba diciendo.- Debes averiguar por ti mismo lo que sucede con ella, así que piensa un poco y saca tu cabeza de su culo por un rato.- sonrió.