24 ene 2015

CAPITULO 10

IT WAS IMPOSSIBLE - ERA IMPOSIBLE




-He venido a traer tu regalo de cumpleaños número dieciochos.- mencionó mi padre con un poco de temor en su voz. Giré mi mirada hacía él. Tragué grueso, él sentía temor por lo que yo había visto.

-¿En serio?.- dije fingiendo una sonrisa.

-S-si.- menciono él.

-Qué extraño que no te olvidaste de mi como todos.- dije cruzando mis brazos frente a mi pecho y frunciendo el ceño.

-Nunca lo haría.- dijo él buscando algo en mi mirada.

-Que bueno.- dije soltando un aire de sarcasmo.

-___...- dijo mi mamá.

-Ya quiero ver que has comprado.- dije fingiendo entusiasmo, pero ellos sabían como de verdad me sentía, más mi padre.

-Bueno...- respiro mi padre.- vamos, está afuera.

-Que bueno.- volví a decir me di la vuelta dirigiéndome a la puerta de la entrada para así salir de esto de una buena vez.

Sentí que venían tras de mí, quería ver si era tan bueno el supuesto regalo. Abrí la puerta sin ningún tipo de emoción y salí, el aire frío pego contra mi piel haciéndome estremecer. Enfoque mi mirada al frente de mí donde se encontraba el auto de mi padre y tras él un pequeño auto color rojo con un lazo de regalo encima. No era gran cosa que esperara, en realidad estaba más que decepcionada de él. Me di la vuelta para ver a mi padre y a mi madre esperando una respuesta.- Estupendo.- dije alzando mis hombros con si estuviera muy entusiasmada pero no sonreí ni nada.- Iré adentro porque hay algo de frío.- comencé a caminar para dirigirme adentro.

-Deberíamos dar un paseo.- dijo mi padre. Me quede paralizada y lo mire con incredulidad.- Tú y yo, para ver si sabes manejar.- dijo encogiéndose de hombros y lazando en sus manos las llaves de ahora mi nuevo auto.

-Bien.- dije sin emoción alguna.- iré por mi sobretodo.




Mientras conducía en silencio por las grandes avenidas solitarias a donde mi padre me dijo que fuera... agradecí que mi tío el verano pasado me hubiera enseñado a conducir todo tipo de carros menos motocicletas.-Debemos hablar.- dijo mi padre después de un rato. No hice ninguna mueca, no quería escucharlo.- No quiero que le digas a tu madre sobre lo de ese día.

-¿Por qué?.- dije sin siquiera mirarlo.

-Es que es algo muy complicado de explicar..- dijo y detuve en auto en seco haciendo que las llantas sonaran sobre el pavimento.

-¿Que se supone que es complicado?.- dije frunciendo el ceño y mirándolo con rabia.- ¿El hecho de que engañes a mi madre? O ¿el hecho de que no sabes cómo dejarla? ¿o qué?.- dije golpeando las palmas de mis manos sobre el volante.

-Es que... bueno.- me miró y bajo la mirada.- tu madre ya lo sabe.- le mire. Quede pasmada. ¿Cómo podría ella saberlo?. Tragué grueso. ¿Que se supone que significaba eso? Sentí mis manos comenzar a sudar y temblar. Traté de respirar para no entrar en crisis.-___ tu madre lo sabe, se lo dije desde el primer momento, por eso nos mudamos de ciudad, por eso ella dejo de asistir a la iglesia...

-Por eso llora cada vez...- dije mirando fijo el pavimento a través del cristal.

-Si...- afirmó él.- No quiere que ustedes lo sepan, menos Damián que solo tiene ocho años de edad.

-¿Pensaban esconderlo por siempre?

-No.- dijo inmediatamente pero luego guardo silencio y bajo su mirada.- Bueno tu madre...

-No quiero escucharte más.- dije con rabia por dentro.

-Solo te pido que no le digas a tu madre que ya sabes de esto.- dijo preocupado.

-¿Por qué debería guarda el secreto?.- dije sonriendo con incredulidad.

-Porque es tu madre, no quieres verle sufrir más ¿o sí?

-No sentiré culpa.- dije fría.- Tú eres el que la ha engañado, no yo.

-___ por favor...- susurró.

-¿Es por eso el auto?.- le mencione.- ¿Es por eso que me lo has dado? ¿Para mantenerme en silencio?

-Oh, claro que no hija.- me dijo.- Esto es un simple regalo de cumpleaños.

-Espero te quede en claro porque esto no me mantendrá en silencio ni cualquier otra cosa.- dije ahora más que furiosa.

-Solo guarda el secreto hija...- me mencionó. No le respondí encendí el auto y lo puse en marcha a la casa.



31 Diciembre.

(___.)

Noche buena. O eso lo llamaban, aun no superaba el hecho de que mi madre supiera lo de mi padre y otra mujer, y me repugnaba el tan solo escuchar su respuesta cuando mi hermano le preguntaba por papá 'Él está trabajando cariño' era lo que le respondía. Pero yo sabía que no era así ''aunque ella aun jura que no sé nada al respecto''. Pero mi padre se encargo de informarme que ahora vive con la otra mujer. Me sentía más que decepcionada. Dos hombres. Si. Kyle y mi padre, ellos me habían decepcionado. Suspiré y apreté mis labios en una línea.

Volví a mirar mi celular por cuarta vez esta tarde. No hay mensajes. Desde hace dos días no sé nada de Justin. Pues me había escrito que tenía algunos asuntos que arreglar y eso lo mantenía ocupado. Suspiré resignada a no apegarme a él. Aunque era algo muy difícil. Algo de él me mantenía con él, no tan solo el hecho de que haya sido mi primer chico, o el que me convirtió en mujer... pero lo que sentía iba más a allá de eso, y sí, estoy a punto de llegar a lo que no quería, apegarme o aun peor... enamorarme de él.




Mire la hora en el celular, las 10 de la noche. Suspiré. Había recibido un mensaje de un número desconocido que habría una fiesta de fin de año en una casa, a cinco manzanas de mi manzana. Suspiré.  Luego de un momento recibí el mismo mensaje pero esta vez de un número conocido. Kyle. Deje el celular sobre la cama y termine de ponerme mi ropa nueva. Aun había nieve en la calle así que opte por  comprar una camiseta blanca, una chaqueta de piel que por dentro es de algodón, y unos pantalones altos. Junto a unas hermosas botas Timberlake de color negro. Tome otro suspiro, escuche la risita de mi hermano provenir del pasillo mientras mi papá lo tomaba para llevarlo abajo. Preferí dejar mi cabello suelto con un ganchete en un lado. Tome mi celular el cual estaba en silencio y lo puse dentro del bolsillo de mi chaqueta. Las llaves de mi auto que ahora adoraba porque no tenía que esperar por un taxi. Salí de mi habitación cerrando la puerta tras de mí. Camine por el pasillo y baje, encontrándome en la cocina con todos en el comedor para una hermosa cena familiar.

Camine en silencio hacia el comedor y me senté en mi respectivo puesto. Los mire a todos y le di una pequeña sonrisa a mi hermano. Él me sonrió, tenía su nariz roja por el frío que hacía al igual que sus mejillas. Sus pestañas onduladas y largas ocultaban un poco el color verdoso de sus ojos. Sonreí. Él sonrió mientras sus ojos se cerraban por su gran sonrisa. No le dirigí la mirada a ninguno de mis dos padres.


Al terminar de comer deje la copa sobre la mesa y los mire a los dos.- ¿Cuales son tus deseos para año nuevo?.- preguntó mi padre. Lo miré y sonreí con incredulidad.

-¿Mis deseos?.- dije y reí secamente.- Ninguno.- respondí.

-___ modera tu tono.- dijo mi madre. La mire con una ceja levanta y volví a reír secamente.- ¿Que te sucede ah?.- me dijo mi madre sería.

-Bueno quiero hacer un brindis.- dijo mi padre en un intento de cambiar el tema.

-Bien por ti.- dije y me levante de la mesa dirigiéndome a la sala.

-¡___!.- dijo mi madre tras mi. Me di la vuelta para mirarla.- ¿Que se supone que es tu tono? Ten un poco de respeto que tu padre está hablando.

-No hay problema cariño.- dijo mi padre sonriendo. Me dio asco verle tratar así a mi madre cuando él tiene otra mujer.

-Si cariño.- le dije. Damián se había ido a su cuarto a jugar play.- Deberías tener un hombre.- dije y sonreí.- si es que ya no lo tienes pues.- dije riendo y alzando un poco mis hombros.- y traerlo a casa, y papá con su mujer.

Mi madre abrió sus ojos. Y levantando su mano me dio una bofetada. Tome mi mejilla que ardía por el choque de su palma en ella. Fruncí el ceño.- Mantén el respeto señorita!.- Me grito.

-¿Respeto?.- reí secamente mientras los miraba a los dos.- ¿Ustedes me hablan a mí de respeto?- pregunté con incredulidad. Bufé.- Por Dios! Ja! Ni tu -señale a mi padre- la respetas a ella, ni tu -señale a mi madre- te dejas respetar!

-Te ordeno que te calles.- me dijo mi padre. Lo mire y reí.

-¿Que creen?.- dije y fruncí el ceño.- Ustedes dos creen que si aparentan ser una familia feliz ante Damián y yo, Dios también le creerá la mentira.

-¡___ cállate!- alzó la voz mi padre.

-Pues os informo que esto está más que en la mierda!- dije y comencé a reír pero esta vez recibí una bofetada de mi padre.

Tomé mi mejilla. Me quede en silencio. Mi mamá comenzó a llorar.- ___...- dijo mi padre en voz baja. Lo mire con odio. Mis mejillas se humedecieron y pude sentir el sabor de la sangre en mi boca, pase mi mano por al frente de mis labios donde me di de cuenta que tenía una herida.

-Esto nunca será una familia!- les grité.- Te odio!.- le grité a mi padre. Y me di la vuelta para dirigirme a la puerta de la entrada, pero en eso veo a Damián pasmado, al pie de las escaleras y con lágrimas en los ojos. Quise disculparme con él pero solo corrí hacia afuera me monte en mi auto  y lo puse en marcha.

Jadeé. Quería más que gritar, quería morir. Esto era lo peor que me había pasado en la vida. Odiaba a todos. Me dirigí a un lugar que no supe cual era hasta que detuve el auto en seco después de una hora  y vi la vista. Me baje del auto. Era imposible. ''¿Como eh llegado aquí?'' me preguntaba. Estaba en el lugar donde Justin me había traído, donde se veía la ciudad completa. Jadeé sin aliento. Lleve mis manos a mi pecho en busca de aire. Necesitaba aire, caí de rodillas sobre las piedras y arena del suelo. Los fuegos artificiales anunciaron que ya había llegado el año nuevo. Grite. Grite como nunca lo había hecho, llore sin pena alguna de que alguien me pudiese ver. Grité y llore como nunca en la vida lo había hecho. Me dolía en lo más profundo de mi pecho.

Después de unos 30 minutos los fuegos artificiales comenzaron a disminuir, ahora eran pocos los que se veían. Yo me encontraba allí en suelo llorando. Llorando en silencio, no tenía fuerzas, sentía que había sacado todo de mí, me libere en esos gritos, pero el dolor continuaba, estaba sola. Sola como siempre. Tome fuerzas y me puse de pie. Suspiré y pase mis manos por mis mejillas aunque aun las lágrimas salían. Fui hasta mi auto y subí en el. Lo encendí y lo puse en reversa, mirando el precipicio que se encontraba frente a mí. Gire le volante y comencé a manejar por el camino de arena que había. Luego de unos minutos me encontré con una casa, una que conocía. ''Justin''. Estacioné el auto en la parte del fondo donde me baje y me encontré con la parte de atrás de la casa. Me comencé a sentir más aliviada pero aun no dejaba de llorar.

Me dirigí a una puerta de la parte de atrás, gire el pomo de la misma y estaba sin seguro, empuje la puerta en silencio. Entré y cerré la puerta tras de mí. Salí por el lado de la cocina, un pasillo y llegue a la sala, me pregunte donde estaría Justin. Lo llame varías veces pero no contesto, preferí esperarlo en silencio. Mire al rededor. Yo estaba tan llena de arena, sucia, no me quise sentar en sus hermosos  sofás blancos. Así que me senté en el suelo, recostada a la pared mirando el espaldar del sofá. Suspiré mientras lloraba en silencio.




Me encontraba sola, en silencio, mientras solo se escuchaban mis sollozos. Estaba en la casa de alguien que no sabía si llegaría o no. Me encogí y abrace mis piernas. Llevaba más de 20 minutos allí sentada en el suelo. Escuche la puerta abrirse, mi corazón se detuvo un momento, me sentía nerviosa, me quede allí mismo sentada, sin moverme. Se escucho que la puerta cerro de un tirón. Escuche su risa.

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